En la edición digital de The Journal of Innfectious Diseases se ha publicado un estudio llevado a cabo en Managua, a lo largo de tres temporadas gripales, que ha demostrado que los adultos obesos excretan el virus gripal 1.5 veces más tiempo respecto de los adultos no obesos, independientemente de la intensidad del cuadro clínico.
La primera firmante de la investigación, la Dra Aubree Gordon, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, comunicó, en rueda de prensa, que la obesidad no solo puede alterar la gravedad de la gripe, sino que también puede impactar directamente en la transmisión de la gripe.
Para llegar a esos resultados el equipo monitorizó a dos cohortes que incluyeron a 1783 personas de 320 domicilios entre 2015 y 2017. Comprobaron como la prolongada excreción solo se cumplía para el virus A, pero no para el B ni para los de 5 a 17 años. No obstante, se desconoce si el ARN del virus detectado en frotis nasofaríngeo era o no infeccioso.
Los investigadores piensan que la obesidad puede alterar el sistema inmune y generar un cuadro de inflamación crónica que sería la responsable de la prolongada excreción vírica.