El programa: desarrollo y efectos
La enumeración de los hechos que transcurren desde el anuncio de Ford y el 1 de octubre, fecha en que se administra la primera dosis de vacuna, conforma un puzzle de centenares de piezas. Tras la solicitud de la Casa Blanca requiriendo apoyo a todas las agencias y departamentos federales, comienzan las actividades. Hay que recaudar fondos, aprobar medidas legislativas, organizar la campaña, fabricar la vacuna, implicar a los sanitarios, convencer a la población.
Congreso y Senado, cuyo presidente del subcomité de salud es Edward Kennedy, recaban información (comparecen Sencer y Cooper), para autorizar las ayudas. La OMS celebra una reunión en Ginebra con representantes de 15 países para valorar las implicaciones del brote y recomienda incrementar la vigilancia en todo el mundo. Hay discusiones y rivalidades para conducir la campaña. Mientras Sencer propone que la dirija Millar, Cooper nombra a Delano Meriwether.
Los laboratorios quieren empezar a producir la vacuna en junio y estiman que pueden fabricar 24-30 millones de dosis por mes, siendo capaces de producir 2 dosis por huevo3. Harán vacunas bivalentes añadiendo a las que tienen en producción la cepa de la gripe del cerdo (serán destinadas a los grupos de alto riesgo) y monovalentes para el resto de la población.
Se inician a finales de abril los primeros ensayos clínicos con lotes experimentales de vacuna. Cuando se consigue ajustar la dosis aceptable, se observan considerables efectos adversos. La industria farmacéutica muestra su preocupación ante las posibles responsabilidades que se puedan derivar, a lo que hay que añadir la renuencia de las compañías aseguradoras, atemorizadas por la magnitud del programa.
Almacenamiento de vacunas en un laboratorio
Un caso reciente, la causa de Reyes contra Wyeth relativa a un caso de polio en un niño que había recibido una vacuna trivalente contra esta enfermedad, había condenado al laboratorio a pagar una indemnización5.
Los 4 laboratorios fabricantes (Merck, Parke-Davis, Wyeth, Merrell) solicitan que el Gobierno asuma la responsabilidad de las posibles indemnizaciones y amenazan con parar la producción de vacuna. La administración propone al Congreso que autorice al HEW a indemnizar a los fabricantes contra los daños atribuibles a la vacuna de la gripe del cerdo excepto si estos se producen por negligencia del laboratorio. Mientras tanto los CDC elaboran una Guía para el Programa de Inmunización, que incluye el consentimiento informado, también han encargado la compra de 2000 inyectores a presión para la vacunación masiva3.
Almacenamiento de vacunas en un laboratorio
Demasiados problemas. Era necesaria una reevaluación del programa. Ningún caso de gripe del cerdo se había notificado en los 5 meses siguientes al episodio de Fort Dix. El propio Sabin, reconsidera su posición y hace un llamamiento para cambiar de estrategia, acumular reservas y esperar antes que seguir con el programa5. No fue así. El 1 de agosto la prensa se hace eco de una nueva enfermedad respiratoria ocurrida en Pennsylvania, parecía grave, había producido muertos. Era la Enfermedad del Legionario, que durante 4 días se creyó que era producida por la gripe del cerdo. El 5 de agosto, los CDC desmintieron la asociación, fuera lo que fuera no era gripe del cerdo. Pero la alarma se disparó actuando en beneficio del programa de inmunización.
Ford firma el 12 de agosto una ley (basada en la Tort Claims Act) por la que ninguna reclamación derivada del programa de inmunización puede dirigirse contra el estado y los fabricantes son también relevados de responsabilidades. El programa estaba salvado. La cobertura mediática de todo el proceso, martilleando sin cesar desde febrero hasta finales de agosto, fue extraordinaria. Una encuesta Gallup del 31 de agosto informaba que el 93% de estadounidenses había oído hablar del programa de la gripe del cerdo y un 53% pensaban vacunarse.
Durante los 10 primeros días de octubre se vacunaron 1 millón de adultos en los estados que más activamente habían iniciado la campaña. Los niños quedaban todavía a la espera de resultados de los ensayos clínicos.
Vacunación en Watsonville (California)
El 11 de octubre fallecen en Pittsburg 3 personas mayores de 70 años por un ataque cardíaco, justo después de recibir la vacuna en la misma clínica. Se produce un gran revuelo5. Cyril Wecht, juez y médico, director del Instituto de Medicina Legal de Pittsburg, epidemiólogo, miembro del consejo editorial del American Journal of Law& Medicine, interviene en la CBS: “creo que un defecto del lote de vacuna es una posibilidad que debemos considerar”, tras hacer la autopsia a los fallecidos, opina que se trata más bien de una “negligencia” que de una “coincidencia” como defendían desde los CDC, Sencer y Millar3. Las televisiones empiezan a propalar la noticia de que la vacuna no es segura. El 14 de octubre, el presidente Ford y su familia son vacunados ante las cámaras de la televisión.
Vacunación del Presidente Ford
La vacuna es inocente, pero solo en apariencia, algunos estados suspenden las inmunizaciones. Aún así, a mediados de diciembre más de 40 millones de americanos habían recibido la vacuna de la gripe del cerdo. La distribución por estados fue desigual, unos alcanzaron el 80% de cobertura, otros no llegaron al 10%. Según el informe Neustadt, dadas las dificultades que atravesó el programa debe considerarse como un éxito3.
Sesión de vacunación escolar (1976)
A finales de noviembre, llegan noticias desde Minnesota, uno de los estados más concienciados con el programa, Denton Peterson, responsable del mismo, informa a los CDC sobre la ocurrencia de 3 casos del síndrome de Guillain-Barré. Uno de ellos muere días después. “Creo que estamos sentados sobre una bomba” anuncia en una nueva llamada a Atlanta. Los CDC se ponen en alerta, empiezan a sonar los teléfonos reportando más casos. Sencer y su equipo habitual estiman que la asociación entre Guillain-Barré y vacuna no es convincente1. A los pocos días cambian de opinión, la evidencia estadística es alta, se imaginan un escenario en el que cientos de vacunados se hallan postrados en sus camas o sillas de ruedas como una horrible pesadilla.
Sencer llama a Cooper el 16 de diciembre para parar el programa, lo localiza en la Casa Blanca, en la mesa de al lado está almorzando Mathews. Cooper habla con él y telefonea a Salk que coincide con la opinión de Sencer. Corren a informar a Ford que asiente y encarga a Cooper que lo haga oficial: “el programa de inmunización contra la gripe del cerdo se ha suspendido, en interés de la seguridad del público, de la credibilidad y de la buena práctica de la medicina”. Las reacciones son previsibles, el New York Times titulará “el fiasco de la gripe del cerdo”3.
Jimmy Carter, el nuevo presidente, tomará algunas decisiones en enero de 1977. Mathews será sustituido por Joseph Califano en el HEW. Éste encarga a Neustadt y Fineberg una investigación que él mismo prologa3. Sencer será relevado por William Foege en abril de 1977 como director de los CDC.
Informe Neustadt-Fineberg encargado por Joseph Califano





