Los niños y familiares que acuden a las “revisiones del niño sano” para recibir vacunas durante la temporada gripal pueden estar en riesgo de contraer enfermedades tipo gripal desde otros niños que visitan la misma consulta. Los miembros de la familia tenían mayores probabilidades de haber asistido a una consulta en las dos semanas previas. A la vista de estos datos los investigadores recomiendan que los ambulatorios refuercen las medidas de control de la infección, del tipo de la higiene de manos y de las restricciones de uso de juguetes comunes. El estudio utilizó datos de una encuesta de 1996 a 2008 que incluyó a más de 84.000 familias. Estiman que el riesgo pudiera suponer un coste de 500 millones de dólares anualmente.
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