- “Estamos ante un nuevo paradigma que supera la acción preventiva de las vacunas para adentrarse de lleno en la cura de patologías no infecciosas”, ha asegurado Fernando Fariñas en el marco del XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología
- El director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas ha expuesto en Málaga “el gran desafío” de estas investigaciones dentro de la mesa “Futuro en vacunas: nuevas vacunas, plataformas y sistemas de administración”
- Las investigaciones más avanzadas se centran en tres áreas: enfermedades neurológicas, enfermedades autoinmunes y determinados tipos de cáncer, como pulmón, páncreas o melanoma
- La tecnología del ‘ARN mensajero’, utilizada en algunas de las vacunas contra la COVID-19 está siendo decisiva en los ensayos clínicos y abre la puerta a la creación de “vacunas personalizadas”
- Actualmente, hay en marcha más de 300 ensayos clínicos en todo el mundo, algunos de ellos en España, que ponen el foco en la cura de enfermedades ya diagnosticadas
- La investigación está demostrando la alta efectividad de estas vacunas terapéuticas si se suman a la inmunoterapia.
“En un futuro no muy lejano las vacunas tratarán y curarán enfermedades no infecciosas. Estamos ante un cambio de paradigma: serán vacunas terapéuticas, que curen, no sólo que prevengan enfermedades. Esta realidad también nos abre la puerta a la creación de vacunas personalizadas”. Así lo ha afirmado el director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas de Málaga, Fernando Fariñas, durante su intervención, esta tarde, en la mesa redonda “Nuevas vacunas, Plataformas y Sistemas de Administración”, celebrada en el marco del XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología.
En esta línea, Fariñas ha indicado que las investigaciones más avanzadas se centran en tres campos de las patologías no infecciosas: vacunas para enfermedades autoinmunes (como la esclerosis múltiple), para hacer frente a determinados tipos de cáncer (como páncreas, melanoma o pulmón) o para combatir enfermedades neurológicas como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy. A estas áreas se suman los pasos que los ensayos con vacunas terapéuticas están dando en la lucha contra tumores del sistema nervioso central, hipertensión arterial, tabaquismo, o reducción de los efectos negativos que provocan algunos tratamientos, como el fentanilo (que genera gran toxicidad en el organismo).
Actualmente, hay en marcha más de 300 ensayos clínicos en todo el mundo que se centran en este enfoque terapéutico de las vacunas; y alguno de ellos (vacuna para cáncer de pulmón y melanoma) se realizan en España.
Precisamente, ciertos ensayos para lograr la cura frente al cáncer de pulmón se encuentran en fase clínica avanzada, es decir que han superado ya el estadio de seguridad y se está valorando su eficacia. Si esta resultara positiva, se pasaría a la fase 3, la clínica, pero -tal como afirma este experto en Inmunología e Inmunoinfectología- “es muy probable que ninguna de estas vacunas tenga completados todos los ensayos clínicos antes del año 2030”.
En esta línea, el responsable del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas de Málaga ha lanzado un mensaje positivo, pero cauto: “El futuro va a ser mejor, seguro, tendremos vacunas para curar enfermedades como algunos tipos de cáncer o demencias, pero hay que ser precavidos, muchas de las investigaciones que se están llevando a cabo no saldrán, se quedarán en el camino”.
Fariñas -que ha pronunciado la ponencia ‘El gran desafío de las vacunas para patologías no infecciosas’ en el marco del XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología – ha explicado que la investigación en este terreno se está desarrollando gracias, sobre todo, al importante avance que ha supuesto la tecnología denominada ‘ARN mensajero’, la misma que se ha utilizado en algunas vacunas frente a la COVID-19, lo que ha generado más interés y financiación. Esta técnica, tal como ha explicado, consiste en usar material genético que, una vez inyectado, manda información a las células para que fabriquen una proteína, que despierta la respuesta inmunitaria contra el tumor, que las atacará sin dañar las células sanas.
Entre sus ventajas destaca también que se trataría de un tratamiento menos agresivo que otros enfoques más tradicionales, como las quimioterapias o las radioterapias. Además, la eficacia de estas vacunas aumentará si puede aplicarse en estadios tempranos de la enfermedad.
Hacia las vacunas personalizadas
Esta tecnología, basada en el uso de las proteínas propias del tumor, abre la puerta a la creación de “vacunas personalizadas”. “Los tumores expresan proteínas y estás pueden ser específicas de un determinado tipo de cáncer y aparecer, por lo tanto, en todas las personas que lo padecen, pero si hay pacientes en los que se expresa otra proteína diferente, que no aparece en los demás, podremos crear vacunas con sus proteínas para combatir su tumor: estamos hablando de vacunas personalizadas”, ha explicado Fariñas.
Combinadas con inmunoterapia
Los ensayos que se están llevando a cabo demuestran también que la eficacia de este sistema de vacunación se ve altamente incrementada si se usa de forma combinada con la inmunoterapia que actualmente ya se está administrando a miles de pacientes con distintos tipos de cáncer, basada la mayoría de los casos en el uso de los llamados anticuerpos monoclonales. “Por ejemplo -ha explicado Fariñas- la inmunoterapia sola frente al melanoma presentan una eficacia significativa, pero combinada con una vacuna de ARN mensajero esta protección se incrementa de forma importante y, por eso, la filosofía es usar ambos sistemas combinados”.
El futuro de las vacunas pasa ya por curar enfermedades, además de prevenirlas; un nuevo paradigma alentador para el que todavía hay que esperar resultados concluyentes, pero en el que la investigación está centrando sus esfuerzos, tal como se está poniendo de manifiesto estos días en el XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología, que se celebra cada dos años.
La cita acoge en Málaga a medio millar de profesionales sanitarios que están debatiendo y poniendo en común el presente y el futuro de las vacunas, abordando su importancia en entornos laborales, en pacientes crónicos, en las mujeres embarazas (o que se están planificando ser madres) y en los profesionales sanitarios. El objetivo del encuentro, que concluye mañana sábado, es concienciar a los profesionales sanitarios y a la población general de que las vacunas están y deben estar presentes en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la madurez.
Además, destaca la vertiente sostenible del encuentro científico, ya que se ha eliminado al máximo el uso de papel, se ha minimizado el consumo de plástico y gracias a la colaboración con AstraZeneca se ha calculado la huella de carbono del congreso, la cual se compensará a través del amadrinamiento de 525 árboles con la asociación Málaga Reforesta Almijara.