Habitualmente, buena parte de las vacunas se administran a través de una inyección intramuscular, pero los científicos han descubierto que no se trata de la mejor vía para hacerlo. Así lo revela una nueva investigación que ha llevado a cabo un equipo de la Universidad de Yale, de IMED Biotech Unit de Astra-Zeneca y de The Jackson Laboratory. Para que una vacuna sea eficaz, debe tener un fácil ‘acceso’ al sistema inmune. O más concretamente, a las células dendríticas. Es posible que, como alerta un estudio dirigido por investigadores del Jackson Laboratory en Bar Harbor (EE.UU.), algunas vacunas no se estén administrando en el sitio más ‘adecuado’. Como explica Adam Williams, co-director de esta investigación publicada en la revista «Science Immnunology», «en la vacunación hay una subpoblación concreta de células dendríticas que resulta vital para desencadenar la respuesta inmune adaptativa por el organismo. Así, nuestros resultados tienen implicaciones muy importantes para la administración de vacunas. Y es el que el método usualmente empleado, esto es, la inyección intramuscular, no es el más efectivo para alcanzar estas células dendríticas».
Compartir

Autor: Asociación Española de Vacunología
Asociación científica dedicada a la formación e información sobre vacunas destinada a profesionales sanitarios y público en general.