No sólo hay que prevenir contra los virus sino evitar otros riesgos. Las enfermedades del viajero -infecciosas o de otra índole- han existido siempre, son inherentes a la inquietud humana por explorar nuevos territorios. Sin embargo, los casos de contagio en el extranjero y la posibilidad de importar enfermedades a nuestro país -y que allí se expandan- crece como efecto colateral de la globalización. De hecho, cada año viajan 13 millones de españoles y un 9% de ellos (950.000 personas) lo hace a zonas tropicales.
Que una parte se contagie es solo cuestión de probabilidad y «las enfermedades no respetan fronteras», asegura el doctor José Antonio Delgado, responsable de la consulta de medicina del viajero y vacunación internacional de Clínica Vistahermosa. Al viajar, nos exponemos a una flora de microorganismos para la que muchas veces carecemos de protección y esto puede provocar una serie de infecciones, cuyo síntoma por excelencia es la diarrea. Algunas no son graves, aunque otras pueden ser más serias y se transmiten con facilidad, como el dengue o la malaria.