De acuerdo con la investigación, realizada por científicos de Estados Unidos y publicada en el Journal of Animal Science and Biotechnology, los experimentos hechos hasta ahora con ratones han mostrado una pérdida del 10 por ciento del peso corporal de los animales cuatro días después de recibir el fármaco. Los resultados son preliminares.
No obstante, dicen los investigadores, si se confirman, esta podría ser la primera vacuna diseñada específicamente para tratar la obesidad, que ya es una epidemia en el mundo. Los investigadores de la empresa de biotecnología Braasch Biotech LLC, en Dakota del Sur (EE. UU.) se centraron en la hormona somatostatina. Según los expertos, la inhibición de su función llevaría a la descomposición de grasa y a la pérdida de peso.
El problema es que esta inhibición podría tener un impacto negativo, lo que el científico Keith Haffer y su equipo trabajaron en una vacuna con somatostatina modificada, para estimular el sistema inmune a que produzca anticuerpos contra la somatostatina, pero sin interferir directamente con las hormonas de crecimiento.