Un estudio publicado en la revista The Journal of Infectious Diseases por investigadores del RIVM holandés ha analizado la respuesta sérica a una tercera dosis de vacuna frente a la parotiditis utilizando como subrogado sérico de protección los niveles previos a un brote epidémico en jóvenes con/sin evidencia sérica de parotiditis.
Comprobaron como tras la tercera dosis aumentaron los niveles de inmunoglobulinas frente a la cepa vacunal y a la causante del brote y aunque decayeron al año, todavía se mantenían por encima de los niveles prevacunales.
Abogan por el uso de esa tercera dosis como manera de controlar brotes en población altamente vacunada.