Según un estudio de intervención, longitudinal y prospectivo con 150 adultos sanos de 18 a 25 años y publicado en la edición on line de The Journal of Infectious Diseases por investigadores del National Institute for Public Health and the Environment holandés, la administración de una tercera dosis de vacuna triple vírica generó un incremento de los anticuerpos frente a la cepa Jeryl-Lynn de la parotiditis por un factor superior al menos a 1.34, según el tipo de anticuerpo estudiado.
Al año, los títulos decayeron pero se mantuvieron por encima de los niveles basales, por lo que según los subrogados de protección un número significativo de participantes (85.8%) estaban protegidos frente a la infección hasta un año después de recibir la tercera dosis. Antes de recibirla estimaron que aproximadamente el 20% eran susceptibles a la infección.
Los autores concluyen que esa tercera dosis puede suponer una intervención segura y buena para controlar un brote de parotiditis.