Un interesante artículo aparecido en la revista The British Medical Journal analiza el riesgo de padecer herpes zóster tras la exposición a la varicela mediante una serie de casos autocontrolados en el Reino Unido.
El objetivo no era otro que cotejar la famosa hipótesis de Hope-Simpson que propuso que el booster exógeno obtenido en el adulto mediante la exposición a niños con varicela estimula su inmunidad previniendo, de esa manera, la aparición de episodios de herpes zóster.
Los autores han encontrado potentes evidencias que sugieren que la exposición se asocia con una reducción del riesgo próximo al 30% en los siguientes veinte años. Recalcan, por otra parte, que sus resultados no favorecen ni rechazan las políticas de vacunación sistemáticas frente a la varicela pero reconocen que el booster exógeno es incompleto al reducir en un bajo porcentaje el riesgo de zóster.