Un interesante artículo científico aparecido en medRxvi y que aún no ha pasado por el proceso de “peer-review”, apunta la hipótesis de que las diferencias en cuanto a impacto del Covid-19 según países podrían deberse, al menos parcialmente, a las políticas de vacunación sistemática con BCG según el país. Para llegar a esas conclusiones compararon la morbimortalidad de varios países con/sin políticas de vacunación y encontraron que aquellos que no vacunan, como Italia, Holanda y los Estados Unidos, se han visto más gravemente afectados por el virus que incluyen desde mucho tiempo atrás esa vacuna en sus calendarios. Adicionalmente, piensan que los mayores vacunados también están más protegidos al exponer el caso de Irán que presenta altas tasas de mortalidad y sin embargo comenzaron a vacunar en 1984. La explicación a la hipótesis planteada podría proceder de las investigaciones recientes que apoyan el que la vacuna BCG proporciona una amplia protección frente a infecciones víricas y a sepsis, lo que se conoce como “trained immunity”. Finalizan el artículo haciendo una llamada a la comunidad científica para poner en marcha ensayos clínicos ad hoc.
Respecto a la asociación entre BCG y Covid-19, cinco países van a comenzar ensayos clínicos en personal sanitario y en personas mayores que recibirán la vacuna BCG o un placebo. Holanda abrirá el camino con mil sanitarios y le seguirá Grecia, Australia, el Instituto Max Planck de Alemania y la Universidad de Exeter en Inglaterra.
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