- El CAV-AEP, la SEIP y la AEV presentan un documento de consenso con propuestas avaladas científicamente para reducir la epidemia de gripe que se produce cada temporada invernal
- Estudios recientes a nivel internacional muestran un aumento de la mortalidad causada por la gripe en el grupo de 5 a 17 años, así como un incremento de los ingresos en las UCI
- La gripe sigue considerándose erróneamente una enfermedad banal y las tasas de vacunación en España no alcanzan el 50 % en la franja de edad que tiene pautada la vacuna intranasal de manera sistemática
- Las tres sociedades científicas proponen ocho medidas de alto impacto para lograr mejorar las coberturas vacunales
La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Asesor de Vacunas e Inmunizaciones (CAV-AEP), la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y la Asociación Española de Vacunología (AEV) han presentado esta mañana, en rueda de prensa, un documento de consenso en el que recomiendan la vacunación sistemática frente a la gripe de todos los niños y adolescentes de entre 6 meses y 17 años. Actualmente, la vacunación antigripal en el Sistema Sanitario Español, desde hace tres años, está financiada en la infancia, pero solo para aquellos niños entre 6 y 59 meses de edad, y en niños mayores considerados de riesgo. “Se trata de una medida altamente coste-efectiva, que tiene un impacto directo e indirecto en cuanto a disminución de consultas a atención primaria y urgencias, hospitalización de niños, de adolescentes y de adultos no vacunados”, ha explicado el doctor Francisco Álvarez, coordinador del CAV-AEP.
Los expertos advierten que no se deben subestimar los efectos de la gripe. Este virus afecta, cada temporada, al 30 % – 40 % de la población infantil, genera a nivel mundial hasta 4 millones de casos graves en menores de 18 años y provoca hasta 35 000 muertes en los menores de 5 años, es decir, más fallecimientos que los que ocasiona la enfermedad meningocócica.
“Sin embargo, las tasas de vacunación de la gripe en el último año son significativamente inferiores a las de otras vacunas como puede ser la antimeningocócica C (48,16 % versus 95,66 %) según el Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad. Esto denota la sensibilización de las madres y los padres hacia la prevención de la meningitis, no tanto así de la gripe en los niños”, apunta la doctora María Fernández Prada, secretaria de la AEV. “La percepción social sigue siendo que se trata de una infección leve”, añade.
“Los patógenos pueden encontrar brechas siempre y cuando las coberturas vacunales no estén por encima del 95 %, y en el caso de la gripe se quedan muy lejos”, recuerda el Dr. Álvarez.
La situación se da también en otros países: así, datos recientes de Estados Unidos muestran un aumento de la mortalidad causada por la gripe en el grupo de 5 a 17 años comparado con años anteriores, así como un incremento de los ingresos en las UCI en el grupo de 5 a 9 años en Australia.
Como ha indicado el doctor Fernando Baquero, presidente de la SEIP, “tanto la incidencia y la hospitalización, como los ingresos en la UCI, apuntan a la necesidad de reforzar la vacunación en la infancia y la adolescencia”. Además, “debemos tener en cuenta el importante papel como transmisores de la enfermedad que tienen los niños y niñas. Albergan el virus en grandes cantidades y su periodo de transmisión es más largo. Los adultos transmitimos la gripe un día antes y hasta cinco días después de mostrar los síntomas. Los niños lo hacen desde una semana antes y dos o tres semanas después”, puntualiza el experto en infectología. “Por eso, vacunar a la infancia no solo los protege a ellos, sino que actúa como un escudo para toda la comunidad”.
Algunas comunidades autónomas españolas están empezando a poner más énfasis en la vacunación de la gripe y a aumentar las edades diana en la última campaña 2025-2026, como Galicia, que ha ampliado la vacunación hasta los 11 años, con vacuna intranasal y despliegue en colegios (piloto) y centros de salud; y la Región de Murcia, que la ha prolongado hasta los 9 años, según ha anunciado el gobierno regional. También Castilla y León amplía la vacunación a los 8 años.
“De momento son pequeños avances, pero muestran una tendencia que confiamos en que siga también el Ministerio de Sanidad de cara al futuro, aplicando las medidas propuestas en este documento de consenso basado en toda la evidencia científica disponible”, explica el coordinador del CAV-AEP.
El CAV-AEP, la SEIP y la AEV coinciden en que, además de vacunar contra la gripe a todos los niños y adolescentes de entre los 6 meses y los 17 años, convendría reforzar las coberturas en convivientes y cuidadores de pacientes de riesgo y/ o que conviven con menores de 6 meses, embarazadas (tanto para su propia protección como para la de su futuro hijo, en cualquier momento del embarazo) y a todos los profesionales sanitarios.
Medidas de alto impacto para aumentar coberturas
Además de la recomendación sistemática de vacunación antigripal infantil y del adolescente, las entidades firmantes destacan que es primordial establecer estrategias de alto impacto que permitan aumentar las coberturas vacunales y proponen las siguientes:
Formación específica de los profesionales sanitarios: establecer los canales adecuados para ello, con el fin de mejorar la calidad de la recomendación y la comunicación con las familias.
La recomendación activa por parte del profesional sanitario: es el determinante más importante en la toma de decisión de vacunar a los niños por parte de los progenitores. Se ha comprobado, igualmente, que, a mayor cobertura de vacunación entre los profesionales, mayor es la tasa de recomendación por parte de estos de esta medida preventiva.
Información a la población: las campañas tradicionales, como cartelería, no consiguen aumentar las coberturas vacunales. La difusión de la información en redes sociales, plataformas digitales, medios de comunicación y farmacias ayuda a que esta llegue a los padres y madres y alcance a colectivos vulnerables o con barrera idiomática.
Captación activa: como ha sucedido en la inmunización frente al Virus Respiratorio Sincitial (VRS), permite conseguir notables incrementos en la cobertura al mismo tiempo que alcanza también a la población vulnerable, como los pacientes de riesgo.
Mejorar la accesibilidad a la vacunación: es determinante ya que, al ser una vacunación de campaña estacional, requiere un esfuerzo adicional para que los colectivos accedan a la misma. La vacunación en el ámbito escolar, la vacunación sin cita previa, y los puntos de vacunación en fin de semana o la apertura de los centros de salud por las tardes, que permiten acceder al punto de vacunación a las familias fuera de su horario laboral, han demostrado incrementar la cobertura vacunal.
Aumentar la aceptabilidad: disponer de una vacuna de administración intranasal ha permitido mejorar las coberturas, especialmente en aquellas que realizan vacunación escolar. Existe evidencia de que la vacuna atenuada es ampliamente aceptada tanto por los niños como por progenitores y profesionales sanitarios.
Alineamiento de Salud Pública y sociedades científico-médicas: es importante que tanto la ciudadanía como los profesionales perciban que existe convergencia entre las recomendaciones de la autoridad sanitaria y de los profesionales sanitarios, reforzando así la confianza global en la vacunación.
Información actualizada sobre resultados en salud de la campaña a profesionales y ciudadanía: afianzando la confianza en la vacunación y permitiendo tomar medidas correctoras, para aumentar la efectividad y la eficiencia del programa.