Albertson J, Clegg W, Reid H, Arbise B, Pryde J, Vaid A et al. MMWR 2016;65:731-733
Los autores, de los CDC de los Estados Unidos, describen un brote de parotiditis acaecido en la Universidad de Illinois entre abril de 2015 y mayo de 2016, con un total de 317 casos. De éstos, el 32% se confirmaron por el laboratorio y el 68% se clasificaron como probables. El rango de edad varió entre los 16 y los 55 años con una edad media de 20 años. 7% fueron evaluados en urgencias y el 1% precisó hospitalización (una meningitis, otro para descartarla y otro por dolor parotídeo). Dos pacientes presentaron orquitis. De los 317 casos, en el momento del inicio de la inflamación parotídea, el 16% había recibido tres dosis de vacuna TV (el 90% habían recibido la tercera dosis durante la epidemia), el 73% dos dosis, el 4% una dosis y el 2% estaban sin vacunar. En julio, el Departamento de Salud emitió una recomendación para que todos los estudiantes y personal del staff nacidos a partir de 1957 recibieran una dosis adicional de vacuna, administrándose un total de 8.200 dosis. A partir de agosto comenzó a observarse un descenso en el número de casos aunque el brote se dio por concluido en el mes de julio. Las bases para esa recomendación vacunal fueron las tendencias estacionales del brote y las características de la población en riesgo, que se sopesaron frente a los efectos adversos potenciales de la vacuna, a su coste económico y a la falta de evidencia de efectividad de la tercera dosis de vacuna. Como implicaciones para salud pública, destacan que en situaciones similares, la autoridad sanitaria debe de sopesar cuidadosamente tanto las guías de práctica clínica como los factores exclusivos al brote antes de considerar el uso de una tercera dosis de vacuna.