La epidemia de hepatitis E declarada el pasado abril en la región de Diffa, en el sureste de Níger, ha dejado ya 33 muertes sobre un total de 766 casos detectados de esta enfermedad, lo que supone una tasa de mortalidad del 4,3%. Las cifras fueron comunicadas en el último informe de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), que apunta que el foco principal de la epidemia se encuentra en la ciudad de Diffa, capital de la provincia del mismo nombre, donde hay 230 casos.
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