El XII Simposio de la Asociación Española de Vacunología ha reunido a más de 400 expertos y se han presentado un centenar de comunicaciones científicas, consolidándose como una cita fundamental en el ámbito de la salud. La reunión concluye, así, con un mensaje unánime: la vacunación sigue siendo una de las herramientas más transformadoras de la salud pública, pero su futuro exige inversión y un plan de acción transversal en formación e información.
El XII Simposio de la Asociación Española de Vacunología (AEV) ha concluido en Valladolid tras tres días de intercambio científico y debate sobre los principales retos en la inmunización de la población. La reunión ha puesto de relieve las prioridades estratégicas en el sector, entre las que destacan tres: mejorar la información y la comunicación sobre la vacunación en adultos y personas con patologías crónicas, garantizar la sostenibilidad financiera de los programas y consolidar sistemas de información vacunal interoperables que faciliten la toma de decisiones clínicas y de salud pública.
Una de las mesas más relevantes en este sentido ha sido la que se ha llevado a cabo sobre vacunación del adulto, comunicación y determinantes sociales. Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, subrayó que la edad no debe ser el único criterio a la hora de vacunar a la población si se quiere ser realmente eficaz en la prevención. “Es esencial implicar a asociaciones de pacientes para mejorar la información y la sensibilización, porque en ocasiones se pone el énfasis en la población de más edad, pero podemos estar desatendiendo a pacientes más jóvenes con cáncer u otras patologías crónicas que, por olvido o desinformación, no se vacunan y pueden llegar a fallecer por una neumonía o una gripe prevenibles”, afirmó el catedrático de Medicina Preventiva.
Gil de Miguel destacó además la necesidad de abordar las desigualdades de acceso en colectivos vulnerables como trabajadores temporeros o personas en situación de exclusión social, algo que ya están abordando con éxito algunas asociaciones como el GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer).
Invertir mejor para enfermar menos
No menos importante ha sido el debate sobre la inversión en vacunas y su repercusión en el sistema y en la calidad de vida de los pacientes. La mesa dedicada a la financiación de los programas de vacunación contó con la intervención de Eva Martínez Ochoa, directora general de Salud Pública, Consumo y Cuidados de La Rioja, quien recordó que el calendario vacunal del Consejo Interterritoral de Salud cumple 50 años en los que ha pasado de incluir vacunas frente a 7 enfermedades a llegar a 18 en la actualidad. Eva Martínez explicó que se estima un retorno de 19 euros por cada euro invertido en vacunación, e hizo hincapié en que el beneficio es máximo en términos de reducción de costes sanitarios y sociales, mejora de la calidad de vida y ganancia de años de vida saludables.
Subrayó, además, la importancia de innovar en los modelos de contratación, agilizar los procesos administrativos, optimizar la gestión de dosis y aprovechar las herramientas de inteligencia artificial. “Sólo enfermando menos hacemos más sostenible el sistema; y una forma de cuidar y conservar la salud es invertir en prevención”, enfatizó la directora de Salud Pública de La Rioja.
Un sistema común y compartido
En relación con los sistemas de información vacunal, el pediatra Pedro José Bernal González valoró positivamente el papel del REGVACU (Sistema de Información del Sistema Nacional de Salud para el seguimiento de la vacunación frente a COVID-19) como modelo para avanzar en este sentido, y expuso los avances hacia la creación de SIVAIN (Sistema de Información en Vacunas e Inmunizaciones).
Este sistema nacional permitirá un acceso homogéneo a la historia vacunal de cada paciente, independientemente de la Comunidad Autónoma en la que resida. Entre sus ventajas, destacó la mejora en la seguridad clínica, la interoperabilidad entre territorios y la optimización en la gestión de coberturas. El desarrollo del proyecto requiere, no obstante, un marco legal que ampare el intercambio de datos y la creación de un identificador único nacional que evite duplicidades.
Se trata de una herramienta en fase muy avanzada. “Ya se han realizado pruebas y se ha comprobado su funcionalidad, pero todavía quedan retos por parte de algunas Comunidades Autónomas para adecuar sus SIV, y por parte de la Administración, en el desarrollo de una Ley que permita el intercambio de información sanitaria adecuada a la Ley Orgánica de Protección de Datos y en la creación de un identificador único para cada persona residente en el territorio nacional, independientemente de que estén adscritos al sistema público o privado, de manera que no se produzcan problemas de duplicidad de información”, explicó Pedro José Bernal.
Mejorar la comunicación con adultos y grupos de riesgo, garantizar la sostenibilidad de la inversión y contar con sistemas de información interoperables no son solo retos técnicos, sino compromisos estratégicos para asegurar equidad, calidad y eficiencia. Valladolid ha sido el escenario en el que se ha reafirmado que invertir en vacunación es invertir en vidas, en oportunidades y en un sistema sanitario más justo y sostenible para todos.






