Los grupos antivacunas, en el punto de mira después de que un brote que empezó en un parque deje ya cientos de contagios en EEUU; el de Alemania, aún más virulento, un bebé muerto. ¿Podría ocurrir algo así en España? “El sarampión es una de las principales causas de muerte entre los niños pequeños, a pesar de que hay una vacuna segura y eficaz para prevenirlo”. La afirmación es de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y es conveniente recordarla ahora que el virus que causa dicha enfermedad se rearma, vuelve a la carga y, de paso, reabre el debate sobre la conveniencia y obligatoriedad de las vacunas. El pasado mes de enero, un brote en el parque temático Disney, en California, provocó que el virus comenzase a campar a sus anchas por Estados Unidos, un país que había logrado prácticamente erradicar la enfermedad en el año 2000: una veintena de casos en una semana fue solo el comienzo de un episodio que sigue avanzando, que ya supera los 100 casos confirmados en 14 estados y que incluso ha saltado fronteras para llegar hasta Canadá y México. La discusión cobraba aún más cuerpo a este lado del charco cuando Alemania confirmaba la muerte de un bebé de 18 meses por sarampión.
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