La Organización Mundial de la Salud ha comunicado en rueda de prensa que la pandemia de COVID-19 ha causado una disrupción de las actividades de prevención de la malaria, lo que ha originado un marcado incremento de los casos y de los fallecimientos. Según los datos en todo el mundo, en 2020 se registraron 241 millones de casos y 627.000 muertes. Estas cifras representan catorce millones más de casos y 69.000 más muertes que en el año precedente. Unos dos tercios de estas últimas se han asociado a la interrupción de los servicios preventivos, de diagnóstico y de tratamientos.
Los países subsaharianos soportan la mayor carga de enfermedad con un 95% de los casos y 96% de todas las muertes. Alrededor del 80% de estas últimas lo han sido en menores de cinco años.