Sailou P, Diuteil P. Plotkin S et al. The scourge of vaccine falsification. Vaccine 2022;40:2126-2128
Los autores, entre los que se incluyen Stanley Plotkin, abordan el tráfico creciente e ilegal de vacunas falsas que está afectando principalmente a países de baja renta económica, aunque se trata de un fenómeno que se está extendiendo a otros, representando una seria amenaza para la salud global.
El primer caso se detectó en 1995 en Níger e involucró a la vacuna antimeningocócica A; se detectó tras comprobar que no estaba teniendo ningún efecto sobre el brote epidémico allí acontecido. En 2016 se descubrió en Indonesia una organización criminal que había estado falsificando durante muchos años vacunas combinadas infantiles, que, además, se distribuyeron por varios países. Otras experiencias recientes se han producido en Bangladesh en 2016 con la falsa vacuna de fiebre amarilla, en Uganda con la vacuna frente a la hepatitis B, en Bangladesh con la anticolérica, en Filipinas con la antirrábica y, más recientemente, con las vacunas frente a la COVID-19.
Las consecuencias son variadas: consecuencias para la salud individual y colectiva, así como el socavamiento de la confianza del público en sus sistemas sanitarios. Pasan, por último, revista a lo que se puede hacer en países en vías de desarrollo (suficientes recursos de toda índole a las agencias reguladoras), en países desarrollados (vigilancia de la información en la web) y a escala global (fuerte compromiso de la Autoridad Sanitaria, policía de fronteras, jueces y fiscales).,,


