Las vacunas tradicionales, orales o inyectables, han mostrado una elevada eficacia en la prevención de las enfermedades infecciosas. Sin embargo tiene algunos inconvenientes que dificultan su aplicación masiva, especialmente en países en vías de desarrollo. De este modo estas vacunas son relativamente caras, y cada vez más, precisan de personal e instrumental para su aplicación (jeringas), generan deshechos biológicos y presentan problemas de almacenamiento y transporte. Para intentar solventar todos estos problemas se pensó en la posibilidad de crear vacunas comestibles (edible vaccines). Éstas utilizan el gen del microorganismo frente al que se desea vacunar que se inserta en el genoma de una planta mediante ingeniería genética, en un proceso designado como molecular pharming. Con este concepto se han elaborado plantas transgénicas que incorporan las vacunas frente al rotavirus (tomates), el cólera (patatas) y la hepatitis B (patatas, lechugas), tanto por separado como en algunos casos de forma conjunta (vacunas multicomponentes).
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Autor: Asociación Española de Vacunología
Asociación científica dedicada a la formación e información sobre vacunas destinada a profesionales sanitarios y público en general.