La investigación es novedosa porque este tratamiento, a diferencia de los empleados hasta ahora, ataca distintas partes del virus, lo que evitará tener que preparar cada temporada nuevas variantes de la vacuna en función de la cepa prevalente. Según los detalles avanzados hoy por el diario “The Guardian”, el equipo dirigido por la doctora Sarah Gilbert, del Jenner Institute de la Universidad de Oxford, centró su trabajo en las proteínas del interior del virus de la gripe –que son las mismas en todas las cepas– y no en las de la capa externa, que pueden mutar.
Las vacunas tradicionales que se emplean en la actualidad hacen que el organismo cree anticuerpos, pero lo que hace esta nueva vacuna es disparar el número de linfocitos T o células T, que son otro elemento fundamental del sistema inmunológico.
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