Un nuevo estudio en ratones publicado en ‘BioMed Research International’ ha confirmado el potencial de la vacuna experimental contra el Alzheimer desarrollada por científicos españoles del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes, al revelar que no genera los efectos secundarios que sí habían provocado otras vacunas previas. La vacuna experimental española, cuyo desarrollo ha estado dirigido por el doctor Ramón Cacabelos, fue patentada en Estados Unidos en 2010 bajo el nombre ‘EB101’ y los primeros ensayos clínicos en ratones revelaron en 2012 su efecto preventivo y terapéutico. En concreto, se probó en ratones transgénicos en cuyo genoma se insertaron dos de los genes humanos responsables de la enfermedad de Alzheimer.
De este modo, evitó que la enfermedad apareciera en aquellos roedores que no experimentaban síntomas y, cuando esto ocurría, también fue capaz de detener el proceso neurodegenerativo. En este nuevo trabajo se ha visto que, aunque ambas vacunas limpian eficazmente los depósitos de proteína beta-amiloide que afectan al cerebro con Alzheimer, la gran ventaja de la ‘EB101’ es que evita las reacciones autoinmunes responsables de los casos de meningoencefalitis, así como las microhemorragias cerebrales que aparecen en los casos tratados con la ‘AN1792’.
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