En una publicación preprint y aun no revisada por pares, científicos de Portland (Estados Unidos) han tratado de determinar en un estudio prospectivo de cohortes si las inmunoglobulinas generadas como respuesta a las vacunas frente al SARS-CoV-2 de Pfizer y de Moderna pasan por la leche materna. Para ello, seleccionaron seis madres que daban el pecho en las que previamente se había estudiado el nivel de anticuerpos en la leche y a las que se tomaron muestras para análisis en once ocasiones y hasta catorce días tras la segunda dosis de vacuna.
Observaron unos niveles significativamente altos de anticuerpos específicos del tipo IgG e IgA frente a la proteína S, respecto de los basales, presentes desde el séptimo día tras la primera dosis, siendo IgG el anticuerpo dominante, al contrario de lo que ocurre en la infección natural donde es IgA el predominante.