Interesante artículo de reflexión publicado en la revista Cold Spring Harbor Perspectives in Medicine por Michael Worobey y Stanley Plotkin en el que se plantea el revertir los efectos deletéreos del “pecado original antigénico” (OAS) desencadenados a raíz del primer contacto con el virus gripal en los primeros dos o tres años de la vida.
La teoría del OAS la desarrolló Tom Francis en 1960 y venía a decir que la respuesta inmune desencadenada por la primera exposición al virus salvaje condicionará las respuestas a los futuros encuentros tanto con ese virus como con otros tipos/subtipos gripales.
Lo que los autores del artículo proponen es el buscar la manera de que el primer contacto sea no con un único tipo/subtipo, sino con varios virus de manera que esa “impronta inmunológica” mejore la protección frente a los futuros encuentros con el virus o lo que ellos han llamado la “bendición antigénica”.
Proponen que un modo de llegar a esa impronta podría provenir de un uso muy precoz de la vacuna antigripal intranasal atenuada o de vacunad de mARN pero añadiéndolas otros subtipos como H3N2, H5N1 o H7N9.