Un invierno tras otro, millones de personas en todo el mundo se vacunan contra la gripe. Pero un gran número de ellas contraen la enfermedad de todas formas, porque las cepas mutan y logran saltarse la protección inmunitaria. Investigadores de la Universidad de Oxford están en camino de poner fin a esta enfermedad que cada año mata a entre 250.000 y 500.000 personas.
El estudio, apoyado por el Instituto Nacional para la Investigación Sanitaria en Reino Unido, probará en los próximos meses su nueva vacuna “universal” contra la gripe en más de 500 pacientes con más de 65 años, el principal grupo de riesgo dadas las complicaciones en las que puede derivar la enfermedad, como neumonías. Está previsto ofrecer a 10.000 personas la posibilidad de participar en el estudio para probar esa vacuna experimental. Las vacunas actuales sólo son efectivas entre el 30 y el 40% de los pacientes de edad avanzada, al debilitarse su sistema inmunitario. Con este nuevo fármaco los investigadores creen que podrán evitar el contagio en una mayor proporción o, en su defecto, acortar los tiempos de recuperación y evitar que la dolencia se agrave. El camino escogido por los investigadores para desarrollar una vacuna universal, que sea eficaz a pesar de las mutaciones del virus, es atacar las proteínas que no varían con los cambios del virus y que permanecen en su interior, atacando al interior de las células en lugar de la superficie, como se hace hasta ahora.