Achan K, Lam J, King A et al. Plasma Epstein–Barr Virus DNA and Risk of Future
Nasopharyngeal Cancer. N Eng J Med Evidence 2023;2(7)
https://evidence.nejm.org/doi/full/10.1056/EVIDoa2200309
A raíz de un trabajo previo en el que demostraba que el screening de cáncer nasofaríngeo mediante el análisis de ADN de virus de Epstein Barr circulante podría mejorar la supervivencia, los autores desconocían el significado en el largo plazo de un resultado positivo en personas sin cáncer. Para ello llevan a cabo una segunda vuelta de screening a una media de 43 meses tras el primero de manera que los participantes con niveles plasmáticos detectables de ADN-EBV fueron vueltos a testar a las cuatro semanas y a los que seguían siendo positivos se les investigó por endoscopia nasal y resonancia magnética. De 20.174 individuos del primer test, 17.838 pasaron un segundo despistaje de los que 423 (2,37%) seguían con niveles plasmáticos detectables y a 24 se les identificó un cáncer nasofaríngeo. Una proporción significativamente alta de pacientes presentaban un cáncer estadio I/II respecto a la cohorte histórica (67% vs 20%) y tenían una superior supervivencia libre de progresión a los tres años (100% vs 78.8%).Al comparar con participantes con niveles indetectables en la primera ronda, los que tenían resultados transitoria y persistentemente positivos en esa misma era más probable que se les identificara cáncer en la segunda vuelta con un riesgo relativo de 4.4 (1.3-15.0) y de 16.8 (5.7-49.6), respectivamente.
Los autores concluyen que aquellos con niveles detectables de ADN para Epstein Barr pero sin cáncer detectable es muy probable que se les identifique un cáncer si se les repite la prueba a los tres o cinco años.