En un repositorio de artículos preprint, investigadores de ese país han publicado datos provisionales de las terceras dosis de vacunas frente a la COVID-19 (Comirnaty) y la reducción del riesgo de infección o de enfermedad grave en los de sesenta o más años que recibieron la segunda dosis al menos cinco meses antes.
La política de esas dosis comenzó el pasado 30 de julio. Hasta el 22 de agosto se había hecho el seguimiento de 1.144.690 personas y los resultados se midieron a partir del día doce de la recepción de la dosis adicional. Se encontró un descenso de 11.4 veces en el riesgo relativo de infecciones confirmadas, y más de diez veces de descenso de padecer enfermedad grave. Respecto a los no vacunados, la probabilidad de que una persona que haya recibido la dosis booster sea susceptible a una infección descenderá hasta el 5% aproximadamente.
Según los autores su estudio demuestra la efectividad de una tercera dosis tanto para reducir la transmisión como la enfermedad grave, lo que implica un gran potencial para yugular el resurgimiento de la variante Delta.