La farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) se ha comprometido a no incrementar el precio de sus vacunas durante diez años a aquellos países en desarrollo que aumenten su riqueza económica y dejen de pertenecer a la Alianza Gavi, una asociación público-privada creada en el año 2000 para mejorar el acceso a la vacunación en 73 de los países más pobres del mundo. El objetivo es que los gobiernos de estos países se responsabilicen de sus programas de vacunación y les permita planificar la financiación del coste total de sus programas de inmunización. Además, GSK también ha reafirmado que si la compañía identifica nuevas eficiencias en la fabricación que reduzcan los costes de producción de estas vacunas, todos esos ahorros repercutirán sobre Gavi y sus donantes.
Actualmente, cuatro de cada cinco vacunas de GSK se destinan a países en desarrollo, con un descuento sustancial respecto a los precios occidentales. “Ofrecemos nuestros precios más bajos a Gavi, que pueden llegar a ser una décima parte de los precios en el mundo desarrollado, ha defendido Luc Debruyne, presidente de Vacunas de GSK, que reconoce que con esos precios solo cubren costes.
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