En The Lancet se han publicado los resultados obtenidos hasta primeros de enero del 2021 de un estudio de cohortes prospectivo y multicéntrico que incluye a sanitarios reclutados de hospitales ingleses sometidos a PCR quincenalmente, bien positivos previos a anticuerpos o PCR, o negativos a ambos, para comprobar la tasa de reinfecciones en los primeros o de reinfecciones en los segundos. Entre enero de 2020 y el 31 de diciembre del mismo año enrolaron a 30.625 participantes para incluir en el estudio a 25.661. Los resultados se actualizaron a once de enero de 2021. Los autores encontraron que una historia previa de infección por SARS-CoV-2 redujo la incidencia de reinfección al menos un 84% y que el intervalo medio entre la infección primaria y la reinfección fue superior a los 200 días.
Una editorial acompañante del inmunólogo Florian Krammer, de la Icahn School of Medicine de Nueva York, aventura la hipótesis de que la infección y el desarrollo de anticuerpos proporciona una protección similar o incluso mejor que la de las actuales vacunas frente al SARS-CoV-2. Y aunque los títulos de anticuerpos inducidos por la infección natural son más variables y a menudo inferiores a los inducidos por la vacunación, parece tener sentido lo anteriormente expresado si se considera que las vacunas generan respuestas sistémicas a la proteína S, mientras que la infección natural también induce respuestas mucosas y frente a muchos otros marcos abiertos de lectura (open reading frames) codificados por los aproximadamente 29.900 nucleótidos del virus. Finaliza con la idea de que el estudio SIREN se añade a los numerosos que demuestran que la infección protege frente a la reinfección, y, probablemente, mediada por anticuerpos.