Sugerir a una familia que no inmunice a sus hijos puede ser mala praxis, y los colegios médicos están dispuestos a sancionar a los facultativos que las desaconsejen. Al menos, cuando se rechacen vacunas básicas que protegen de enfermedades muy graves, como ocurre con la mayoría de las presentes en los calendarios oficiales. El caso del niño de Olot, que falleció hace pocas semanas tras contraer difteria -porque sus padres no quisieron vacunarlo-, ha puesto en alerta a la comunidad sanitaria, y varios organismos se han pronunciado sobre los límites que no debe cruzar un facultativo en su práctica profesional. El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), Jaume Padrós, aseguró recientemente que el organismo que dirige propondrá sanciones e incluso la suspensión del ejercicio de los facultativos que desaconsejen las vacunas. «Es inadmisible y contraviene el código deontológico», afirmó entonces. Desde la Organización Médico Colegial (OMC), por su parte, apoyaron la postura del COMB aunque matizaron que no todas las vacunas son iguales, y recordaron que desaconsejar algunas de ellas no es irregular, ni mala praxis, ni siquiera algo peligroso. «Generalizar no está bien y no debemos anatemizar a alguien por asegurar que determinada vacuna no es recomendable», afirmó Juan Manuel Garrote, secretario general de la OMC. «Nuestra obligación es analizar cada caso».
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Autor: Asociación Española de Vacunología
Asociación científica dedicada a la formación e información sobre vacunas destinada a profesionales sanitarios y público en general.