Alta socios AEV
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Para darse de alta como socio de la Asociación Española de Vacunología (AEV), descárguese el boletín de afiliación.
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-->La “Asociación Española de Vacunología” (A.E.V.), es una Asociación Científica sin ánimo de lucro. Como asociación sanitaria dedicada a la vacunología, multidisciplinar e independiente, apuesta convencida por la transparencia, facilitando el acceso a toda la información referida a la Asociación (científica, de actividades y económica) en sus medios oficiales de difusión y comunicación.
MISIÓN
Proteger a las personas y mejorar la salud de la población fomentando el uso idóneo de las vacunas para la prevención de enfermedades infecciosas, contribuyendo con ello a una mayor esperanza y calidad de vida.
VISIÓN
Ser una Sociedad Científica líder en el campo de la vacunología.
Organizar, patrocinar y promover actividades científicas con el fin de difundir los avances científicos y actualizar los conocimientos en Vacunología.
Fomentar y cooperar en la investigación en Vacunología.
Revisar de forma continuada los criterios (médicos, clínicos, epidemiológicos, de investigación inmunobiológica y de análisis coste-beneficio) sobre los que fundamentar una opinión crítica y útil para un uso racional de las vacunas.
Difundir los Programas de Vacunación recomendados por las Autoridades Sanitarias para contribuir al mantenimiento y mejorar las coberturas. Fomentar la evaluación de los mismos y estimular la Farmacovigilancia.
Promover los conocimientos sobre vacunas tanto entre los sanitarios como en la sociedad en general.
Sensibilizar sobre la importancia de la vacunación correcta a los agentes sociales (políticos, medios de comunicación, población general) teniendo presente las competencias de las diferentes Administraciones Públicas.
Trabajar con las administraciones públicas y otros organismos en la toma de decisiones en materia de vacunología.
Cooperar en aquellos Programas de Divulgación Sanitaria e Información y Educación para la Salud (EPS) en los que puedan someterse a debate temas sobre vacunas de interés social, científico o periodístico.
Realizar Publicaciones (impresas, digitales, Web, etc.), convocar becas o ayudas para estudios de investigación nacional y extranjeros, organizar Premios, Cursos o Seminarios, o cualquier otra actuación conducente a materializar los puntos anteriores.
VALORES
Competencia profesional.
Compromiso con la sociedad.
Innovación.
Transparencia.
Utilidad pública.
Actuación ética ante el mundo sanitario y la sociedad
Desde la Junta Directiva y el Comité Editorial de Vacunas.org, presentamos para ser discutido y aprobado por la Asamblea de socios el primer borrador de transparencia de la AEV y la FEV, compromiso adquirido hace un año en el Simposio de Murcia y que expresábamos en el Editorial de entonces.
La Junta Directiva de la AEV y sus miembros tenemos una ineludible apuesta por las personas y la sociedad en su conjunto. Por este motivo apostamos por la integridad de las profesiones sanitarias. Esta integridad y nuestra independencia de criterio deben ser las bases sobre las que se asiente nuestra labor y la mejor forma de devolver a la sociedad la confianza que en nosotros deposita. En este contexto, nos comprometemos a hacer públicos y tratar los conflictos de interés o deudas morales que surjan en el curso de nuestras actividades profesionales.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en abril del 2015 una declaración en la que pide que se divulguen los resultados de los ensayos clínicos de productos médicos, cualquiera que sea su resultado, a fin de que las decisiones relacionadas con la seguridad y la eficacia de las vacunas, los fármacos y los dispositivos médicos para uso de la población estén respaldadas por los mejores datos disponibles.
La intención es fomentar el intercambio de conocimientos científicos para potenciar la salud pública, apuntalando así el principal objetivo de la investigación médica: servir a la humanidad para mejorarla, en palabras de la Dra. Marie-Paule Kieny, Subdirectora General de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación. Y añade, que se necesita la colaboración de todas las partes para hacer realidad la transparencia en sus jurisdicciones con el fin de incrementar los beneficios y reducir los riesgos para los pacientes, los voluntarios que participan en los ensayos clínicos y la población en general.
Asimismo, la AEV se compromete a ejercer la transparencia en nuestra sociedad tan demandada en otros ámbitos, haciendo accesible a todos los socios la información de la organización en cuestiones económicas, de gestión, de documentación interna o de relaciones con terceros y con unas normas que avancen en esta línea.
Para ello se establecen una serie de puntos:
Sobre el apoyo de la sociedad (tareas de secretariado, cesión del logo de la sociedad, cesión de locales) a eventos organizados por terceros se procederá de la siguiente manera:
Sobre la financiación de la AEV, la Junta Directiva cree que debemos caminar hacia la cultura de la autofinanciación a través de las cuotas de socios y servicios prestados a terceros y por tanto:
El control del normal funcionamiento de estas prácticas debe hacerse por alguien externo a la Junta Directiva (por ejemplo, socios de especial relevancia) o una agencia externa de evaluación, a definir.
El conflicto de intereses se produce en aquellas circunstancias en que el juicio profesional sobre un interés primario, como la seguridad de los pacientes o la validez de la investigación, puede estar influenciado por otro interés secundario, sea un beneficio financiero, de prestigio o de promoción personal o profesional.
En pocas palabras, los conflictos de intereses financieros en la medicina no son beneficiosos, a pesar de los intentos de justificarlos y de hacer una virtud de su propio interés. Sin lugar a dudas, la colaboración entre el mundo académico y la industria puede acelerar el progreso médico y beneficiar a los pacientes. Estas asociaciones, sin embargo, pueden florecer con mucho menos dinero del que ahora fluye en el agregado de fabricantes de medicamentos y dispositivos médicos y sus instituciones, y sin necesidad de otras relaciones lucrativas existentes entre la industria y los profesionales sanitarios y que carecen de una finalidad científica clara. Hay pocas razones para que sanitarios o investigadores tengan asociaciones financieras con la industria que no sea para apoyar la investigación o ser consultores de buena fe de programas y proyectos de investigación específicos. Los profesionales que desarrollan productos, poseen patentes o reciben regalías no deben evaluar el producto.
La AEV expone en una primera aproximación la declaración de potenciales conflictos de interés de los miembros de su Junta Directiva, del Patronato de la Fundación y del comité editorial de su página web Vacunas.org, órgano de expresión de ambas entidades.
El potencial conflicto de intereses puede existir con independencia de que el profesional considere que dichas relaciones tienen o no, influencia sobre su criterio científico, por lo que es un tema muy delicado y complejo de evaluar en ocasiones.
Existe abundante literatura sobre cómo los conflictos de intereses de los autores influyen sobre los resultados de la investigación original, pero también en los artículos que publican recomendaciones como las guías de práctica clínica.
Es indudable la trascendencia sobre la práctica clínica que pueden tener las recomendaciones avaladas por las SSCC. Un informe publicado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) señala que la transparencia y la independencia son los principales principios que deben regir las relaciones entre las SSCC y la industria farmacéutica. Si no se realizan declaraciones sobre los posibles conflictos de intereses o si se realizan de forma incompleta, difícilmente puede existir transparencia1, 2.
Por ello, desde la Asociación Española de Vacunología y su Fundación, comprometidas con el valor indudable de las vacunas para la salud y la trascendencia de lo que podría ser la pérdida de la confianza de la población y sanitarios, apuesta firmemente por la transparencia como un componente ineludible en la sociedad de hoy en día.
Es para mí un verdadero honor, como directora de Vacunas.org, órgano de expresión de la Asociación y Fundación Española de Vacunología, participar y liderar con nuestro Comité Editorial y nuestra Junta Directiva esta manifestación franca en la línea de otras entidades de prestigio como el British Medical Journal (BMJ), la Organización Mundial de la Salud (OMS), o el European Centre for Disease Control and Prevention (ECDC).
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Alabar, no vapulear
Poniendo en mi pluma y asumiendo como mías palabras y reflexiones de compañeros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Vacunología (AEV), creo que el eje fundamental del debate que ronronea artículos sobre sanidad, productos farmacéuticos y las vacunas en particular es reflexionar sobre si la salud es un derecho o no. Para mejorar la salud se necesita mejorar en justicia social. Lo que sabemos bien es que hay que exprimir unos recursos limitados, mejorando la gestión del sistema sanitario. Además, en sanidad se debería actuar siguiendo protocolos basados en la mejor evidencia disponible y con criterios de eficiencia.
Estamos en un momento sumamente delicado, cuando la presunción de inocencia no existe y menos ahora, enrevesada de escándalos financieros y políticos. El campo de la vacunología acaba de ser vapuleado de nuevo, con el peligro de crear una desafección de la ciudadanía por las vacunas en general y en especial contra algunas de ellas en particular que en nuestro país son la de la gripe, la del virus del papiloma humano y, ahora, la de la varicela. Se mezcla el debate político con el científico y con los intereses económicos, salpicando de sospechas a la administración, las sociedades científicas y la industria farmacéutica sin apenas posibilidad de réplica. Curiosamente, la AEV es una de las entidades cuestionadas, y quizá sea bueno por aquello de «ladran, luego cabalgamos». Su página web, Vacunas.org, está reconocida como web de la Red de Seguridad Vacunal de la Organización Mundial de la Salud por sus criterios de calidad y transparencia, pues hace públicas sus fuentes de financiación, que en parte son empresas farmacéuticas con intereses contrapuestos entre sí, lo que favorece la independencia del comité editorial.
La AEV apuesta convencida por la transparencia, facilitando el acceso a la información científica y económica en sus medios oficiales de difusión, para lo que se crea un espacio apropiado de consulta. La Junta Directiva de la AEV debate desde hace tiempo y está en proceso de solicitud la denominación de «asociación de utilidad pública». Esto supone el reconocimiento de la labor social de la AEV, cuyos fines estatutarios promueven actividades de interés sanitario y científico. Además, ello supone la publicación del ejercicio económico, que es lo que preocupa a muchos que centran su interés en este aspecto, por cierto importante para la credibilidad.
Y en un avance para aquellos que cuestionan en el aire entidades o personas, el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica 2014, al que se suman la mayoría de las empresas, establece que se harán públicas todas las colaboraciones económicas con cuantías, nombre y apellidos de las personas, con lo cual el espectro de colaboraciones con la industria va a cambiar radicalmente, pues quedará menos hueco para la “perversidad innata” que siempre se les atribuye, con pasados que han llevado a establecer marcos legales determinados para la investigación, como la Declaración de Helsinki y otros.
Una última reflexión breve sobre aspectos que contribuyen a salpicar a las vacunas se refiere a la propia disparidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) en cuanto a sus actuaciones en un marco teórico conjunto que es la Unión Europea, como la prohibición del uso de Rotarix®, que se utiliza de manera sistemática en el Reino Unido. Sin embargo, en España los pediatras han prescrito 400.000 dosis de vacuna de varicela, sin hacer nada ilegal, y los padres se las han puesto a sus hijos porque estaba autorizado por el MSSSI y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, y porque hay consciencia del coste social que supone la enfermedad, que a veces es grave (Treviño, en la mente popular). Además, hay comunidades autónomas que la han tenido y la tienen incluida como sistemática a partir en la primera infancia. Y qué decir de la sordera de los dirigentes del MSSSI ante los informes de sus expertos, desoyéndolos, independientemente del momento de crisis económica que vivimos.
En definitiva, es fundamental realizar ejercicios de transparencia que clarifiquen las actuaciones dirigidas a la salud, y más si esta es pública. La sociedades científicas tenemos que sumarnos a este carro sin dudarlo si lo que queremos es ejercer nuestra labor guiándonos por la medicina basada en la mejor evidencia posible; la industria farmacéutica tendrá que remediar la imagen que la precede y conjugar el beneficio económico que busca como empresa con el bien social, y reconocer que no pueden realizarse declaraciones tan sangrantes como la que escuchamos de Bayer en India; y nuestras autoridades sanitarias tendrían que plantearse cómo recuperar el liderazgo firme en sus decisiones de cara a los profesionales y a la población, que es a quien se debe. Considerando estos aspectos destinados a una justicia social que mejore la salud de las personas, la prensa no encontrará nicho para vapulear sino de alabar, aunque esto no sea noticia.
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Para más información: transparencia@vacunas.org
En construccion….
En este párrafo, se mostraría un texto introductorio, donde se especifica en que consiste esta sección y en el que se incluye un listado de documentos que podrá descargar el usuario.
– Actividades de Tesorería
– Informes de Actividad
– Asociación de interés sanitario
– Declaracion intereses de personas asociadas a la AEV