El doctor Andrew Wakefield, que causó una polémica en 1998 al sugerir un vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo, no podrá ejercer en el Reino Unido. El Consejo General Médico (GMC) le retiró ayer el registro para trabajar tras una investigación que concluyó en enero que Wakefield no actuó en favor del interés de los niños que participaron en su investigación, publicada en 1998 en The Lancet. En el 2004, la revista señaló que nunca debió publicar ese artículo. En enero, el GMC adelantó que, al realizar ese estudio, Wakefield, quien llegó a pagar 5 libras a unos niños para hacerles un análisis de sangre durante una fiesta de cumpleaños de su hijo, había actuado "deshonesta e irresponsablemente", "mostró un cruel desprecio" por el sufrimiento de niños y jóvenes al someterles a pruebas innecesarias, "abusó de su posición de confianza" y provocó el descrédito de la profesión médica. Su estudio, basado en sólo doce casos de niños autistas, es el pilar fundamental del movimiento antivacunas y la causa de un descenso de las inmunizaciones en Reino Unido y Estados Unidos, con el consiguiente aumento de los casos de sarampión, las paperas y la rubéola. La validez de su trabajo ha sido descartada por numerosos trabajos posteriores y, en febrero, The Lancet retiró el artículo de Wakefield de su archivo por considerar sus conclusiones infundadas. Wakefield, que tiene 28 días para apelar, ha negado esta mañana "categóricamente" haber actuado deshonestamente y no se considera culpable del resurgimiento de las enfermedades citadas.
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