La Dra. Asunción Mejías es profesora de Pediatría en el Departamento de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en St Jude Children’s Research Hospital y en la Universidad de Tennessee, en Memphis, TN, EE.UU. Durante los últimos 25 años, la Dra. Mejías ha centrado sus estudios de investigación en entender la patogénesis e impacto de las infecciones respiratorias virales en el lactante, con especial énfasis en el virus respiratorio sincitial. Hablamos con ella sobre esta enfermedad, sus referentes en el mundo de la ciencia y el papel de las mujeres en la investigación.
¿De dónde proviene su interés por la ciencia?
Desde pequeña tenía mucha curiosidad por entender y no paraba de inventar. Cuando empecé la residencia de pediatría en el Hospital Gregorio Marañón, en Madrid, recuerdo quedarme por las tardes revisando historias clínicas para estudios que yo misma diseñaba sin saber mucho. Pero mi verdadera vocación e interés por la investigación clínica/translacional la descubrí cuando tuve la oportunidad de trabajar en un laboratorio de infectología pediátrica, dirigido por el Dr. Octavio Ramilo, justo al acabar la residencia de pediatría, en la Universidad de Texas Southwestern Medical Center en Dallas, TX. Mis mentores jugaron un papel fundamental, y les estoy tremendamente agradecida.
¿Qué le llevó a optar por realizar un postdoctorado y un fellowship en investigación pediátrica en EE.UU., y cuáles fueron los mayores retos que enfrentó durante ese tiempo?
Justo al acabar la residencia tuve la oportunidad de unirme al laboratorio del Dr. Ramilo para realizar estudios en el modelo murino del virus respiratorio sincitial (VRS). La beca que me dio la Sociedad Española de Pediatría era de 9 meses…, esto fue en el 2001, y aquí sigo 25 años después. Desde el principio, y con un ritmo de trabajo intenso me enganché al sistema de trabajo. La organización del departamento de infectología pediátrica que combinaba investigación con clínica, la docencia, profesionales de primer nivel que han sido mis mentores, a los que podías preguntar y no estar de acuerdo y con los que podías discutir cualquier aspecto y seguir avanzando. Allí comprendí que entender lo que ocurre a nivel clínico a través de estudios, es fundamental para seguir avanzando en medicina, y es nuestra responsabilidad como profesionales en este campo.
El mayor reto, sin duda, es estar alejada de mi familia, que vive en Málaga. Académicamente, los mayores retos iniciales fueron la necesidad de validar mi formación como médico y pediatra, ya que tuve que examinarme de la versión americana del “MIR” que se llaman STEPS.
Uno de sus campos de estudio es el virus respiratorio sincitial (VRS). ¿Qué supone que desde hace un tiempo el calendario infantil de vacunaciones incluya la inmunización frente a VRS?
El VRS se descubrió hace casi 70 años, y después de múltiples intentos fallidos, estamos ahora en un momento histórico. El VRS ha sido la primera causa de hospitalización en lactantes en todo el mundo, y la segunda causa de mortalidad infantil en países en vías de desarrollo. El hecho de que dispongamos de medidas preventivas a través de anticuerpos monoclonales y vacunas maternas para la prevención de la enfermedad grave en los primeros meses de vida es una revolución. España ha sido pionera en este sentido y un ejemplo para la comunidad científica, ya que desde el 2023 consiguió implementar de forma universal la administración de anticuerpos monoclonales de vida media prolongada a más del 90% de la población infantil. Estamos ya viendo los resultados de estas medidas, ya que las hospitalizaciones por VRS y enfermedad grave han disminuido drásticamente. Pero es importante recordar que nos queda mucho por hacer, ya que el VRS también causa enfermedad en lactantes mayores, escolares y poblaciones pediátricas especiales.
¿Cómo ve el futuro de la investigación pediátrica, especialmente en términos de avances en vacunas o tratamientos para enfermedades infecciosas?
Yo soy bastante positiva y el hecho, por ejemplo, de que tengamos ya medidas para el VRS es un ejemplo. Para que sigamos avanzando con el desarrollo de otras vacunas es fundamental que generemos la evidencia justificando la necesidad de estas intervenciones. De ahí la importancia de la investigación clínica/translacional. Creo también que el papel del mentor es fundamental. Hay que desmitificar el concepto de investigación, a lo que muchos profesionales con talento tienen miedo. Creo que es más el miedo a lo desconocido, ya que como médicos “investigamos” a cada paciente para diagnosticar y tratar su problema concreto. Nuestra mente como médicos, esta entrenada para esto. Han pasado muchos residentes de España que viene a rotar a EE.UU. por mis manos, a los que he guiado y supervisado en diferentes proyectos, y no deja de sorprenderme el talento y las ganas de aprender que estos profesionales en formación tienen, ¡son nuestro futuro!
¿Qué mujeres científicas o médicas han sido una inspiración para usted en su carrera?
Quiero destacar a la Dra. Rosa Rodríguez Fernández, que es ahora Jefa del Servicio de Pediatría en el Hospital Gregorio Marañón y me ensenó la pediatría y el buen hacer clínico durante mi residencia. Gracias a la Dra. Rodríguez pude ir a EE.UU. Le estaré siempre muy agradecida. También a la Dra. Mónica Ardura, un referente para mi por su colegialidad, integridad, impresionante capacidad de trabajo, y habilidad como clínica; a la Dra. Katherine Edwards, una científica de primer nivel, cercana y gran ejemplo de mujer trabajadora; y a la Dra. Grace Lee, generosa con su tiempo, con una habilidad increíble para crear un sentimiento de comunidad “o grupo” trabajando en diferentes proyectos, haciendo que todos los componentes del grupo tengan voz y representación.
El 11 de febrero se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿qué le diría a todas aquellas niñas que quieren dedicarse al ámbito científico y la investigación?
No hay que tener miedo a la investigación. Necesitamos seguir avanzando y mejorando el manejo de nuestros pacientes y vosotras sois el futuro. Es muy importante ser resiliente, no rendirse, aprender de los errores, y rodearos de una comunidad de profesionales, mentores y compañeros que os ayuden en el camino. Estamos ahora mismo aquí porque algún otro profesional lo hizo antes, y es nuestra responsabilidad seguir avanzando. Pero lo más importante es que tenéis las herramientas para hacerlo: ¡ganas y talento!