La iniciativa vacunal de la Unidad Geriátrica Larrard fue reconocida en los AEV Awards con el premio en la categoría de Buenas Prácticas en Atención Primaria. El proyecto, presentado por Anna Carrasco Álvarez, Marta Escriu de Gracia, Marta Aliacar Pujadas, Sara Rodriguez Navarro, y Maria Assumpció Costa Zaldivar, consiste en una estrategia de vacunación para gripe, Covid, herpes zóster y neumococo en las residencias de mayores de su zona de influencia, con alrededor de un millar de pacientes.
¿Qué supone recibir este premio AEV Award?
Es un honor haber recibido un premio con reconocimiento nacional. Estamos muy contentas de que se dé visibilidad a la importancia de la prevención de enfermedades gracias a la vacunación de la sociedad, especialmente en el ámbito del paciente institucionalizado. Así como al reconocimiento a la toma de conciencia de las buenas prácticas en atención primaria.
¿Qué necesidades detectaron en las residencias que llevaron a crear esta iniciativa vacunal? ¿Fue a raíz de la pandemia o ya se contemplaba anteriormente?
Los residentes a los que atendemos, en su mayoría, son personas dependientes con múltiples patologías crónicas y necesidades sanitarias complejas. Este hecho puso de manifiesto la necesidad de ofrecer una atención más específica, estructurada y continuada. En el contexto de vacunación, que es el tema que nos ocupa, detectamos que fuera de las campañas masivas estacionales como la gripe-covid, el hecho de no tener un referente de salud para toda la residencia, impactaba en las coberturas de vacunación frente a patologías relevantes como el herpes zóster o el neumococo. La existencia de nuestro modelo de unidad geriátrica ha permitido articular este proceso de forma eficiente, adaptada a la realidad de cada centro.
¿Cuántos profesionales intervienen en esta iniciativa? ¿De qué áreas?
En esta iniciativa intervienen, por parte de la atención primaria, nuestro equipo: compuesto por 3 enfermeras, 2 médicos de familia y una administrativa. Cabe decir que en campaña vacunal estacional también contamos con alguna enfermera de refuerzo de nuestro centro para los días con más volumen de vacunación.
En las residencias se observa una gran variabilidad, desde residencias pequeñas o comunidades de religiosas donde no tienen personal asistencial, hasta residencias con 2 o más enfermeras y médicos. Es por esto que la iniciativa se debe ajustar de forma individualizada con cada residencia según los profesionales que intervienen.
¿Qué aceptación ha tenido este proyecto entre los residentes?
La aceptación del proyecto ha sido muy positiva, tanto por parte de los residentes como de sus familias y del personal de las residencias. Siempre hemos percibido una actitud colaborativa que ha facilitado la implementación de la estrategia vacunal. En el caso de los residentes y familiares, muchos de ellos han valorado muy positivamente el hecho de poder acceder a las vacunas sin necesidad de desplazamientos ni trámites complejos, especialmente en personas con movilidad reducida o fragilidad clínica.
¿Se han encontrado con alguna dificultad a la hora de implantarlo o llevado a cabo?
Tras varios años de colaboración hemos establecido una relación más fluida con las instituciones, pero al principio nos encontramos con ciertas dificultades, sobre todo por la gran diversidad de las residencias que atendemos desde la Unidad Geriátrica del CAP Larrard. Como hemos comentado anteriormente, cada residencia tiene sus particularidades, lo que nos obligó a adaptar la estrategia vacunal a cada caso. Esta variabilidad complicaba la organización, especialmente en lo referente a la coordinación de fechas, obtención de consentimientos y seguimiento postvacunal. Así mismo algunos centros tienen una alta rotación de personal que dificulta la coordinación de la estrategia.
El papel de nuestra administrativa en la Unidad ha sido clave, ya que ha sido quien ha centralizado la información para garantizar una correcta planificación entre el centro de salud y el residencial. Ahora la organización es mucho más ágil y eficaz, lo que nos permite aplicar la estrategia con mayor facilidad y mejores resultados.
Los resultados muestran que, desde su puesta en marcha, han aumentado las coberturas de vacunación en el área de influencia de la Unidad Geriátrica Larrard. ¿Están satisfechas con los resultados?
Sí. Desde la implementación de esta estrategia hemos observado un aumento claro en las coberturas vacunales, lo cual refleja el impacto positivo del trabajo estructurado, centrado en la persona y coordinado con las residencias. No obstante, somos conscientes de que aún queda margen de mejora.
¿Qué impacto concreto han observado en la salud de los residentes desde la implantación de este programa? ¿Han notado una reducción en hospitalizaciones o complicaciones por estas enfermedades?
La verdad es que el principal impacto estudiado ha sido el aumento de las coberturas en la vacunación del adulto, y no ha sido hasta ahora que nos hemos planteado hacer una mirada más allá de este dato. Como principal dificultad es que de forma inmediata solo tenemos datos sobre la población institucionalizada asignada a nuestro centro de salud, y nos haría falta de la colaboración de otras entidades como la Agencia de Salud Pública de Barcelona o del Departamento para poder compararnos con otros centros y no solo con nosotros mismos.
Este modelo, ¿sería extrapolable a otros CAPs?
Creemos que sí. Es más, en los otros centros de AP pertenecientes a nuestra empresa, los cuales han creado la unidad geriátrica con posterioridad a la nuestra, han aplicado este modelo con buenos resultados.