Prevención de tétanos neonatal

Palabra clave: Tétanos neonatal.
Respuesta de José Antonio Navarro (30 de Diciembre de 2008)

 

Prevención de tétanos neonatal

Pregunta

Acude al hospital un neonato, recien nacido en su casa, al que se le ha cortado el cordón umbilical utilizando, al parecer, una cuerda (en definitiva, en condiciones no asépticas). La pediatra desconoce la situación vacunal de la madre y se plantea que vacuna y/o que otras medidas debe tomar para realizar profilaxis del tétanos neonatal. Se plantea utilizar la vacuna antitetánica de la que dispone actualmente el hospital (Ditanrix, de GSK)pero observa que en las indicaciones solo se cita adultos y niños mayores de 7 años. Efectivamente en las únicas vacunas de difteria-tétanos comercializadas actualmente (son 2), ambas Td, figura eso en las indicaciones. El resto de las vacunas tetánicas comercializadas forma parte de vacunas conteniendo 5 ó 6 antígenos que son las utilizadas habitualmente en el calendario vacunal en esta comunidad, a partir de los 2 meses de edad, pero que la pediatra no se plantea utilizar esas en este caso. ¿Cuál sería la vacuna que debería utilizar, a que dosis y con que pauta?. ¿Como debería ser el calendario vacunal en el caso de este paciente (al menos en lo que se refiere a tétanos y difteria)?. Un saludo y gracias por su respuesta

Respuesta de José Antonio Navarro (30 de diciembre de 2008) 

En principio si la madre es española y no muy añosa es muy probable que sea inmune por haber recibido dosis previas de vacuna antitetánica. Por otra parte como medida inmediata, al margen de la limpieza cuidadosa de la herida y administración de antibióticos tópicos, debe de administrarle 250 UI de inmunoglobulina antitetánica que es la medida más eficaz para neutralizar la toxina tetánica ya que el periodo de incubación en el neonato es en el 90% de las ocasiones de 3 a 14 días (1). Respecto a la vacuna, ésta tardaría dos semanas aproximadamente en generar una respuesta inmune que no sería muy intensa al tratarse de la primera dosis. Por tanto no estimamos que sea tan perentoria su administración como la de la inmunoglobulina. No obstante, y dado que, aunque muy infrecuente en el neonato, hay periodos de incubación del tétanos por encima de las 3 semanas, se podría valorar su administración conjuntamente con la inmunoprofilaxis pasiva, aunque como bien dice se desconoce la respuesta inmune de las vacunas combinadas penta o hexavalentes y de la vacuna Td por debajo de las seis semanas de edad. Además su administración podría interferir con la respuesta de las vacunas rutinarias, especialmente con la tos ferina (2), que se administran a los 2 meses de edad. Si opta por inmunoprofilaxis pasiva exclusiva puede iniciar la vacunación rutinaria a la edad marcada por su CCAA ya que la inmunogloblina no interfiere con las respuestas a los antígenos contenidos en las vacunas penta o hexavalentes.

Referencias
(1)Roper M, Vandelaer J, Gasse F. Maternal and neonatal tetanus. Lancet 2007;370:1947-1959.
(2)Halasa N, O´Shea A, Shi J, LaFleur B, Edwards K. Poor immune response to a birth dose of diphtheria, tetanus, and acellular pertussis vaccine. J Pediatr, 2008;153:327-332.




Aspiración previa a la vacunación intramuscular

Aspiración previa a la vacunación intramuscular


Pregunta

¿es necesario aspirar despues de haber pinchado y antes de inyectar la vacuna?es una práctica que viene recomendada en los manuales que he consultado, sin embargo algunos expertos aseguran que la posibilidad de inyectar la vacuna en la via intravenosa es nula y se produce mas dolor

Respuesta de José Antonio Navarro (16 de diciembre de 2008) 

Gracias por su amable pregunta.
El ACIP norteamericano (1) explicita que no es necesaria la aspiración previa a la inyección de vacunas ya que no existen vasos sanguíneos importantes en los lugares anatómicos recomendados para la vacunación. Por otra parte hay estudios que demuestran que la aspiración previa a la administración intramuscular de una vacuna es más dolorosa y lleva más tiempo respecto de la no aspiración (2,3).

Referencias
1. Advisory Committee on Immunization Practices. General recommendations on immunization. MMWR 2006;55:RR-15.
2. Ipp M, Sam J, Parkin P. Needle aspiration and intramuscular vaccination. Arch Pediatr Adolesc Med 2006;160:451
3. Ipp M, Taddio A, Sam J, Goldbach M, Parkin P. Vaccine related pain: randomised controlled trial of two injection techniques. Arch Dis Child 2007;92:1105-1108




Adenopatía tras recepción de vacuna antigripal inactivada

Adenopatía tras recepción de vacuna antigripal inactivada

Pregunta

Me ha consultado un niño de 8 años por aparición de adenopatia axilar en las primeras 24 horas tras vacuna antigripal. Es una adenopatia móvil y dolorosa en el mismo lado que la inyección. No tiene otras adenopatias, ni lesiones cutaneas en esa extremidad que la expliquen. No contacto con gatos. Tampoco tiene reacción inflamatoria en la zona del pinchazo.¿Puede ser una reacción vacunal?. Muchas gracias

Respuesta de José María Bayas (15 de diciembre de 2008) 

La respuesta es: probablemente no. Como es sabido, síntomas locales frecuentes, asociados a la vacunación antigripal con vacuna estacional trivalente inactivada son dolor, eritema e induración. Los síntomas sistémicos más comunes son fiebre, mialgias, artralgias y cefaleas, que pueden aparecer hasta en un 10-15% de vacunados. En algunas ocasiones se han comunicado casos de hipersensibilidad como urticaria, angioedema y asma, que estarían relacionados con respuestas anómalas a componentes de la vacuna. Una complicación excepcional es el síndrome de Guillain-Barré. La aparición de adenopatías axilares como las descritas, que sepamos, no ha sido comunicada como asociada a la vacunación antigripal trivalente, ni en niños ni en adultos. Se han publicado casos de adenopatías asociadas a la vacunación con vacunas experimentales frente a la gripe aviar adyuvadas con emulsiones de aceite en agua. En estos casos han estado acompañadas de marcada reactogenicidad local. Por todo lo expuesto cabe concluir que la adenopatía, temporalmente asociada a la vacunación antigripal es debida a un proceso concomitante a la misma, no existiendo relación causal con la vacuna recibida.

Referencias
Bridges CB, Katz JM, Levadowsy RA, Cox NJ. Inactivated Influenza Vaccine. En: Plotkin SA, Orenstein WA, Offit P. Vaccines. 5th ed. Philadelphia, PA, Saunders Company, 2008; 259-290. Halasa NB, Gerber MA, Chen Q, Wright PF, Edwards KM. Safety and immunogenicity of trivalent inactivated influenza vaccine in infants. J Infect Dis. 2008 May 15;197(10):1448-54.




Síntomas generales tras vacuna de VPH

Respuesta del Experto a …

Síntomas generales tras vacuna de VPH

Pregunta
Tengo una hija de 17 años y hace 10 días le puse la vacuna del VPH. Al día siguiente comenzó con cefalea, mareos y malestar que no ceden con analgésicos. Se le han hecho analítica y todo parece normal pero no mejora. ¿Puede ser de la vacuna?.

Respuesta del José Antonio Navarro (01 de diciembre de 2008) 
Las vacunas frente a la infección por el virus del papiloma humano producen cierta reactogenicidad local de 24-48 horas de duración y que desaparecen espontáneamente, que además no se incrementan a medida que recibe el resto de vacunas de la serie primaria. En ocasiones puede provocar cefalea y febrícula, también autolimitada. Por tanto, no parece que los síntomas que persisten más de 10 días sean achacables a la vacuna.




Compatibilidad de las vacunas del papilomavirus humano con otras rutinarias

Palabra clave: Papilomavirus humano.
Respuesta del José Antonio Navarro (14 de Noviembre de 2008).

 

Compatibilidad de las vacunas del papilomavirus humano con otras rutinarias.

Pregunta

Me gustaría saber si hay trabajos que demuestren la compatibilidad en la administración de la vacuna del papilomavirus con otras como la Td, gripe, meningococo C y hepatitis B. Muchas gracias.

Respuesta del José Antonio Navarro (14 de noviembre de 2008) 

Hasta ahora hay publicados resultados de compatibilidad de Gardasil con la vacuna de hepatitis B y de la vacuna Cervarix con dTpa. Puede consultar en el apartado de compatibilidad con otras vacunas en el siguiente artículo




Intercambio de vacunas frente al virus del papiloma humano

Respuesta del Experto a …
Intercambio de vacunas frente al virus del papiloma humano

Pregunta

Una paciente de 18 años, voluntariamente ha comenzado a vacunarse del VPH con la vacuna Cervarix, por un error, la segunda dosis se la ha puesto de Gardasil.¿ Cómo debe serguir la vacunación? ¿Cómo interfiere el haberse puesto dos vacunas diferentes? Muchas gracias

Respuesta del José Antonio Navarro (19 de noviembre de 2008) 

A pesar de que no existen datos relativos a la inmunogenicidad, eficacia y seguridad cuando se intercambian ambas vacunas (1,2), y que no se aconseja su intercambio, la única Autoridad Sanitaria que se ha pronunciado hasta ahora, la del Reino Unido, ha emitido recientemente recomendaciones respecto al caso de que una niña haya comenzado la vacunación con Gardasil, adquirida por su cuenta, y deba de administrarse Cervarix, ya que es esta última la vacuna adquirida por el Gobierno Británico para su programa de vacunación, en el siguiente sentido (3):

"Si un individuo ha comenzado con una serie de Gardasil, ésta debe de completarse con el mismo producto. En las infrecuentes ocasiones en las que no sea posible, la serie puede completarse con Cervarix hasta recibir 3 dosis de vacuna VPH en total (tal como 1 de Gardasil y 2 de Cervarix, o 2 de Gardasil y 1 de Cervarix). La serie se completará según esquema 0, 1-2 y 6 meses.

No existe evidencia en el momento actual sobre el intercambio de ambos productos por lo que este consejo está basado en el juicio clínico. No se aconseja completar una serie de tres dosis de Cervarix tras una o dos dosis de Gardasil ya que no existen datos de la seguridad en sujetos que reciben series con diferentes preparados y que por tanto podrían recibir hasta 4 ó 5 dosis de vacuna VPH".

A pesar de lo anterior y debido a las diferencias existentes entre ambos preparados y al tratarse de casos esporádicos e individuales, mi criterio particular sería el de no contabilizar como administrada una de las dos dosis recibidas de vacuna y recomenzar una nueva serie de vacunación con un solo preparado. Respecto a la seguridad de cuartas dosis hay casuística en ensayos clínicos con la vacuna tetravalente en los que las reacciones adversas tras la cuarta dosis eran similares a las observadas tras la tercera (4).

1. European Public Assessement Report. Cervarix.
2. European Public Assessement Report. Gardasil.
3. Department of Health. Immunisation against infectious diseases. The Green Book. 5 November 2008.
4. Olsson S, Villa L, Costa R, Petta C, Andrade R, Malm Ch et al. Induction of immune memory following administration of a prohylactic quadrivalent human papillomavirus types 6/11/16/18 virus-like particle vaccine. Vaccine 2007;25:4931-4939




Negatividad de AntiHBs en niño tras una serie primaria de vacunación

Palabra clave: Hepatitis B.

Respuesta del Experto a …

Negatividad de AntiHBs en niño tras una serie primaria de vacunación

Pregunta

En un niño de 2 años, correctamente vacunado y sin inmunodeficiencia conocida (niño sano "normal") se detecta HBsAg: Neg; HBcAc: Neg; HBsAc: Neg (cuantificado: indetectable) ¿Es posible que su nivel de Ac (si los tuvo), descienda tan pronto? ¿Estaría indicada otra dosis y repetir serología?. ¿Seria conveniente screening celiaca? ó simplemente se considera protegido como en otros casos (de mas edad) de niveles indetectables. Muchas gracias.

Respuesta del Dr. Fernando Moraga Llop (1 de septiembre de 2008) 

La inmunogenicidad de la vacuna antihepatitis B en lactantes sanos es muy buena. Más del 95% de vacunados alcanzan concentraciones de anticuerpos consideradas protectoras. Sin embargo, se ha observado que después de la serie primaria vacunal en el lactante se produce un declive rápido del nivel de anticuerpos durante el primer año y más lentamente después. Entre el 15%-50% de niños vacunados que han alcanzado concentraciones de anti-HBs superiores a 10 mUI/ml tienen niveles indetectables a los 5-15 años de la vacunación, con una buena correlación entre los niveles de anticuerpos alcanzados después de la vacunación y su persistencia en el tiempo.

Como muy bien comentas, si realmente el niño respondió bien a la primovacunación, actualmente, aunque el nivel de anticuerpos sea inferior al valor considerado protector, el riesgo de infección es negligible, ya que la vacuna antihepatitis B induce memoria inmune. La evidencia acumulada durante 15-20 años de seguimiento de niños inmunocompetentes vacunados con una buena respuesta inicial, muestra que no se han producido casos de hepatitis B, a pesar del descenso en las cifras de anti-HBs.

Sin embargo, dado que en el caso que planteas, y como ocurre con todos los niños vacunados de forma sistemática por calendario, no se conoce si hubo o no una respuesta inicial a la primovacunación, podrían plantearse 2 actuaciones a seguir:

1. Administrar una dosis booster y determinar anti-HBs a los 30 días. Si se obtiene un valor ≥ 10 mUI/ml indicaría que se trata de un paciente con buena respuesta inicial pero con pérdida rápida de anticuerpos sin más trascendencia. Se puede considerar bien vacunado y no hay que hacer más determinaciones de anticuerpos ni revacunaciones.

2. Administrar una segunda serie de completa de 3 dosis de vacuna. Al igual que ocurre en adultos, un estudio realizado en niños hijos de madres portadoras del virus que no respondieron a la vacunación, muestra una buena respuesta a una segunda serie completa de vacunación de 3 dosis. Si no se observara respuesta después de estas 6 dosis, no se recomienda revacunar más, ya que la probabilidad de respuesta es muy baja.

Te adjunto algunos artículos que pueden serte de utilidad y que documentan mi respuesta:

. Tan KL, Goh KT, Oon CJ, Chan SH. Immunogenicity of recombinant yeast-derived hepatitis B vaccine in nonresponders to perinatal immunization. JAMA 1994;271:859–61.
. Mintai Z, Kezhou L, Lieming D, Smego RA Jr. Duration and efficacy of immune response to hepatitis B vaccine in high-risk Chinese adolescents. Clin Infect Dis 1993;16:165–7.
. Resti M, Azzari C, Mannelli F, Rossi ME, Lionetti P, Vierucci A. Ten-year follow-up study of neonatal hepatitis B immunization: are booster injections indicated? Vaccine 1997;15:1338–40.
. Viviani S, Jack A, Hall AJ, et al. Hepatitis B vaccination in infancy in The Gambia: protection against carriage at 9 years of age. Vaccine 1999;17:2946–50.
. Huang LM, Chiang BL, Lee CY, Lee PI, Chi WK, Chang MH. Long-term response to hepatitis B vaccination and response to booster in children born to mothers with hepatitis B e antigen. Hepatology 1999;29:954–9.
. Banatvala JE, Van Damme P. Hepatitis B vaccine—do we need boosters? J Viral Hepat 2003;10:1–6.
. Petersen KM, Bulkow LR, McMahon BJ, et al. Duration of hepatitis B immunity in low risk children receiving hepatitis B vaccinations from birth. Pediatr Infect Dis J 2004;23:650–5




Pauta acelerada de vacunación antihepatitis B en lactantes

Palabra clave: Hepatitis B.
Respuesta del Dr.Fernando Moraga Llop (1 de septiembre de 2008)

Respuesta del Experto a …

Pauta acelerada de vacunación antihepatitis B en lactantes

Pregunta

Desearía saber si es válida la utilización de la pauta acelerada (0, 7, 21 y recuerdo a los 12M) en niño recien nacido. Por error se le ha administrado a un niño 3 dosis a los 0, 15 y 39 días de nacer. ¿Sería válido considerarlo como una pauta acelerada y ponerle una cuarta dosis al año de vida?

Respuesta del Dr. Fernando Moraga Llop (1 de septiembre de 2008) 

La pauta acelerada de vacunación frente a la hepatitis B que se comenta en la pregunta (0, 7, 21 días,12 meses) no está estudiada en el recién nacido.

En el caso que se plantea se deberá administrar una dosis a los 6 meses de edad. De esta forma, el lactante habrá recibido tres dosis de acuerdo con los intervalos mínimos y la edad mínima de las dosis recomendados:

1-Entre la 1ª dosis (recibida a los 0 días) y la 2ª dosis (recibida a los 39 días) ha de transcurrir un tiempo mínimo de un mes.

2-Entre la 2ª dosis (recibida a los 39 días) y la 3ª dosis (la que recomiendo a los 6 meses de edad) ha de transcurrir un tiempo mínimo de dos meses.

3-El niño debe tener una edad igual o superior a los 6 meses en el momento de recibir la 3ª dosis.
En el lactante la vacunación de hepatitis B debe incluir siempre una dosis a partir de los 6 meses de edad, ya que la inmunización antes de esta edad no garantiza una respuesta inmune óptima ni una protección a largo plazo. Aunque las pautas aceleradas incluyen una dosis de recuerdo a los 12 meses es más prudente hacerlo a los 6 meses, tal como se hace en los pacientes en hemodiálisis, para garantizar una protección más temprana.
La dosis que recibió el paciente a los 15 días no debe contabilizarse.




Viaje a área endémica y vacuna frente a la encefalitis centroeuropea

Respuesta del Experto a …

Viaje a área endémica y vacuna frente a la encefalitis centroeuropea 

Pregunta

El hijo de una amiga de 15 años, va 15 dias a un campamento a la selva negra. Viaja el 29 de julio, existe controversia en la informacion que han dado a los padres sobre la vacuna contra la encefalitis por garrapata. Debe vacunarse?, pauta y dosis y si queda tiempo para hacerlo correctamente. muchas gracias

Respuesta del Dr. José Antonio Navarro (07 de marzo de 2008) 

El riesgo de adquirir encefalitis transmitida por garrapatas es bastante complejo y dependerá de la estación del año (más riesgo en primavera y verano) y del grado previsto de exposición (ciclismo, camping, trekking… en áreas boscosas).

La pauta de vacunación convencional consiste en 3 dosis en pauta 0, 1 a 3 meses y 9 a 12 meses, y la acelerada varía según la vacuna a utilizar: a) Baxter (0, 14 días y 5 a 12 meses), FSME IMMUN junior, y b) Novartis (0, 7 y 21 días), Encepur adultos.

Es evidente que en el caso que nos comenta, si decide vacunar, esta segunda pauta sería la recomendada ya que a partir de los 21 días aproximadamente el 60% de los vacunados están seroprotegidos (1).

Al margen de la vacunación le recordamos que se puede reducir sustancialmente el riesgo de infección evitando habitats de alta densidad de garrapatas, vistiendo ropas de mangas y perneras largas y utilizando repelentes de insectos (DEET en piel y permetrinas en ropas y utensilios de camping).

(1) Rendi Wagner P. Advances in vaccination against tick-borne encephalitis. Exp Rev Vaccines 2008;7:589-596.




Introducción a la medicina del viajero. Consejos generales.

AUTORES. Dr. José María Bayas y Dra. Laura Costas
Centro de Vacunación Internacional Barcelona-Clínic
Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología.
Hospital Clínic. Barcelona.

Introducción

El número de personas y el volumen de mercancías que se desplazan actualmente en el mundo no tiene parangón con el que se registraba hace tan sólo unas pocas décadas. Este denso tráfico se produce además, gracias a los modernos medios de transporte, en cortos intervalos de tiempo, de manera que en cuestión de horas es posible llegar a puntos geográficos en las antípodas de las áreas de procedencia. Todo ello favorece de modo extraordinario la capacidad de propagación, en cantidad y en calidad, de diversos tipos de enfermedades.

Según datos de la Organización Mundial de Turismo el número anual de viajeros internacionales era a principios de la década de los 70’ de unos 200 millones de personas y de 600 millones en 2000. En el año 2020 esta cifra podría alcanzar los 1600 millones. Aunque el incremento de personas que, por diversos motivos, realizan viajes transcontinentales afecta a todas las regiones del planeta, los destinos en mayor expansión corresponden, proporcionalmente, a países situados en Oriente próximo, sureste de Asia y Pacifico y África.

Muchas de las denominadas enfermedades emergentes aparecidas en los últimos 50 años se relacionan con ésta circulación de personas y materiales, así como con los métodos de producción de alimentos y la invasión de ecosistemas antaño vedados al hombre.

Medicina del viajero. Viajeros y viajes

Actualmente la medicina de viajero tiene un contenido interdisciplinario. Su objetivo es proteger al viajero de la enfermedad y la muerte, así como minimizar los riesgos y consecuencias de la enfermedad y de los accidentes a través de los principios del autotratamiento. Todo ello requiere la integración de múltiples disciplinas tradicionales cohesionadas por la epidemiología para la prevención, el autotratamiento y la atención médica especializada.

Existen varios tipos de viajero y de viaje. Los viajeros difieren en edad, grado de salud, inmunizaciones anteriormente recibidas, etc. Así mismo, las personas viajan en grupos familiares, grupos de amigos, en pareja, en solitario… Por supuesto, los tipos de viaje y motivaciones para el mismo incluyen aspectos tan diversos como los viajes de turismo organizado, de aventura, de cooperación, de trabajo y negocios, la adopción o el sexo. Las áreas de destino, la duración, el tipo de acomodo, la relación a mantener con la población autóctona y muchos otros aspectos deben ser adecuadamente evaluados.

Al viajero le interesa disponer de información relativa a normas de conducta para reducir el riesgo de exposición a enfermedades, realizar (si procede) profilaxis de la malaria y recibir las vacunaciones pertinentes. Estas medidas preventivas deberían realizarse por todos los viajeros con destinos a zonas sanitariamente deprimidas, y, en grado variable según las circunstancias de cada caso, antes, durante y después del viaje. Pese a ello, algunos estudios realizados en Europa indican que una buena proporción de viajeros, en torno a un 30-40%, no solicitan consejo sanitario antes del viaje. En España, un estudio realizado en verano de 2006, halló que apenas un 50% de viajeros solicitaba información y consejo en centros especializados.

Por otro lado, entre las personas que contactan telefónicamente con alguno de la casi setenta Centros de Vacunación Internacional y Consejos a viajeros españoles, es frecuente la pregunta (dirigida al personal administrativo que atiende las llamadas): “Voy a viajar al país TAL. ¿De qué me tengo que vacunar?” Las personas que formulan este tipo de preguntas piensan ingenuamente que existe una única respuesta a estas preguntas, es decir, esperan que la respuesta sea una lista cerrada de 2 ó 3 vacunas. La realidad es que los viajes internacionales a áreas tropicales y subtropicales, donde frecuentemente las condiciones socioeconómicas y sanitarias son precarias, requieren efectivamente la adopción de toda una serie de medidas preventivas, entre las que se encuentran por supuesto, la vacunación.
A grandes rasgos los viajeros deben considerar tres grandes grupos de medidas preventivas, son, no necesariamente por orden de importancia, las siguientes: La primera hace referencia a estilos de vida o pautas de conducta, fundamentalmente relacionadas con los aspectos alimentarios (agua y alimentos), evitar las picaduras de mosquitos y otros artrópodos (productos repelentes, telas mosquiteras), prevención de enfermedades de transmisión sexual y otras medidas (relacionadas con los baños en aguas dulces o saladas, con la altura, etc.).

La segunda es la potencial necesidad de profilaxis del paludismo o malaria –por el momento no existen vacunas disponibles-, lo cual supone la necesidad de tomar ciertos fármacos antes, durante y después del viaje.

La tercera (o la primera) son las vacunaciones a recomendar. La vacunación del viajero (adulto o niño) es necesariamente un traje a la medida, donde a partir de una orientación básica, como sería el país de destino, se ha de diseñar una recomendación individualizada de vacunación. Ello requiere una entrevista con cada viajero potencial.

“Voy a viajar al país TAL. ¿De qué me tengo que vacunar?”. Para responder a esta pregunta, típica y tópica del viajero, habría que considerar antes que nada los siguientes aspectos: edad, sexo, ocupación o profesión, posibles enfermedades previas y tratamientos, vacunaciones anteriores, situación ambiental, estilo de vida, y otros. Tanto si Vd viaja (al país TAL o al país CUAL) como si no lo hace, es posible que deba recibir ciertas vacunas (pe. la vacuna antineumocócica –entre otras-, si Vd. tiene problemas cardiacos). Y, ¡por supuesto si no está correctamente vacunado del tétanos, debe vacunarse, con o sin viaje!.

La demanda de vacunación con ocasión de viajes internacionales de turismo o trabajo, constituye muchas veces una excelente oportunidad para realizar no sólo las inmunizaciones directamente relacionadas con el viaje en cuestión, sino también otras, que -con independencia del viaje-, no habrían sido practicadas por diferentes motivos.

Además de lo que podríamos denominar características del viajero, deben lógicamente tenerse en cuenta las características de viaje: países de destino e itinerario a seguir, duración total del viaje y tiempo de permanencia en cada área geográfica, tipo de viaje (urbano, rural) y de alojamiento (hotel, mochila) durante el mismo, actividades a realizar en el curso del viaje, tipo de contacto a mantener con la población autóctona, etc

Una importante proporción de viajeros acude a los centros de vacunación con escaso tiempo para poder conseguir una inmunización correcta. Un plazo no inferior a un mes es casi siempre imprescindible para lograr una aceptable inmunización y para evitar posibles incompatibilidades con otro tipo de medidas preventivas como podría ser la profilaxis antipalúdica. Este plazo es necesario porque se pueden requerir varias dosis de diferentes vacunas que han de ser administradas con determinados intervalos de tiempo para lograr una adecuada respuesta del sistema inmunitario.

Es importante considerar también el papel de las agencias de viajes. Las agencias de viajes no son el lugar adecuado para recabar información acerca de consejos sanitarios y vacunación, del mismo modo que los médicos y enfermeros de los centros de vacunación no son competentes para informar de rutas turísticas, hoteles, vuelos, etc. Las agencias de viajes deben trasladar esta responsabilidad a los profesionales de atención primaria y a los Centros de Vacunación Internacional, informando a los viajeros de la conveniencia de contactar con estos centros.

Cabe recordar la conveniencia de aportar y conservar debidamente los carnés de vacunación o documentos que acrediten vacunaciones anteriores.

Vacunas obligatorias y vacunas recomendables

Un importante aspecto a tener en cuenta es la posible exigencia legal de vacunación (certificado internacional de vacunación), establecida por algunos países para la circulación de viajeros en su territorio. Actualmente estas exigencias quedan prácticamente limitadas a la vacuna de la fiebre amarilla en algunas áreas de Sudamérica, África y Asia.

Con independencia de posibles requisitos formales, desde un punto de vista sanitario, toda una serie de vacunas pueden ser de utilidad para el viajero (vacunas recomendables), de hecho la mayor parte de las vacunas se administran en los centros de vacunación internacional bajo este concepto. Vacunas de gran interés para los viajeros son: hepatitis A, hepatitis B, hepatitis A+B, fiebre tifoidea, meningocócica, sarampión / triple vírica, poliomielitis y otras de menor uso como la rabia o las de las encefalitis japonesa o centroeuropea.

Planificación médica general del viaje

Hay varios aspectos de “sentido común” que el viajero debe tener en cuenta. Algunos de ellos son llevar gafas (o lentillas) de repuesto para obviar los inconvenientes derivados de la pérdida o rotura de las mismas y las dificultades para su reposición. Así mismo, es muy recomendable realizar una consulta con el odontólogo, sobre todo si hace tiempo que no se hace. Lo que sería un pequeño problema “en casa” puede hundir las ilusiones puestas en el viaje de placer o negocios.

Debe hacerse una provisión adecuada de la medicación personal que habitualmente se emplea y llevarla siempre en el equipaje de mano. Más adelante se establecen recomendaciones sobre botiquines adaptados a las necesidades de viaje y viajero.

Es recomendable contratar un seguro médico que cubra gastos de atención médica, repatriación, etc.

Los viajeros con afecciones de tipo crónico que requieren un control médico continuado (diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc) deben ser asesorados en el ámbito de la Atención Primaria o Especializada, acerca de los posibles riesgos vinculados al viaje. Ello es de especial interés cuando las características del viaje: duración, destino etc. puedan exacerbar patologías preexistes o no se pueda garantizar la atención médica.

La adecuada planificación del viaje aconseja disponer de información sobre diversas pautas de conducta (a mantener antes, durante y después del viaje), potencial necesidad de profilaxis de la malaria y vacunaciones. Esta información puede obtenerse en los Centros de Vacunación Internacional y Consejos a viajeros.

Problemas relacionados con factores físicos

Viajes en avión

Generalmente los desplazamientos se realizan en avión. A las alturas de crucero y aunque las cabinas de los aviones comerciales estén presurizadas, hay una disminución de aire que puede ser causa de ligera hipoxia. La menor presión favorece la expansión de los gases de las cavidades corporales, lo cual puede provocar molestias auditivas y en los senos. La cirugía reciente es una contraindicación para volar, al poder favorecer la dehiscencia de suturas por aumento de volumen de aire atrapado.

El estasis circulatorio, favorecido por los largos vuelos transoceánicos y la inmovilidad favorece las trombosis venosas y la aparición del denominado “síndrome de clase turista”. Se recomienda realizar movimientos frecuentes, paseos cada 1 ó 2 horas, ingerir líquidos y, en caso de existir factores predisponentes de enfermedad tromboembólica, aspirina u otro antiagregante (siempre bajo prescripción médica).

Aunque se han descrito casos de transmisión de enfermedades por vía respiratoria (tuberculosis, gripe) en vuelos comerciales, tal eventualidad es hoy día remota gracias a los modernos sistemas de alta recirculación y filtración del aire.

Los viajes en avión están contraindicados en recién nacidos de menos de 7 días y en embarazadas desde 30 días antes de la fecha prevista del parto hasta 7 días después. Asimismo se desaconseja el vuelo en pacientes con las siguientes entidades o situaciones: angina de pecho en reposo, enfermedad infecciosa grave y aguda, enfermedad de descompresión después de bucear (12-24 h), aumento de presión intracraneal (traumatismo, etc.), infección de las vías respiratorias altas, infarto de miocardio o ictus reciente, cirugía reciente (abdominal, etc.), Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) grave, anemia falciforme, hipertensión arterial > 200 mmHg o enfermedad psiquiátrica reciente.

Cinetosis

El riesgo de cinetosis depende en primer lugar del medio de trasporte, de mayor a menor el orden es barco, avión, autocar /coche y tren. Los niños mayores de 2 años y las mujeres son más susceptibles. Los ambientes contaminados por humo, olores desagradables, los movimientos bruscos y fijar la vista en la lectura favorecen así mismo la aparición del síndrome. La prevención se basa en evitar, en lo posible, estos ambientes y en el empleo de fármacos como escopolamina (parches o comprimidos) y antihistamínicos.

Jet lag

El malestar del jet lag es debido a las alteraciones de las pautas de sueño y otros ritmos circadianos al atravesar varios husos horarios en cortos periodos de tiempo, por ello, no hay jet lag cuando se viaja de sur a norte o de norte a sur. Las manifestaciones del jet lag son mucho más acusadas en vuelos hacia el este, que cuando se viaja a favor del sol. Los síntomas de alivian procurando iniciar la partida descansado, con comidas ligeras y zumos y procurando una adaptación progresiva a los horarios de comidas, descanso etc. Pueden emplearse fármacos como pastillas para dormir de acción corta. En algunos países es posible disponer de melatonina, un metaanalisis reciente (Cochrane) indica que dosis de 2-5 mg el día de llegada a la hora de acostarse, y dosis sucesivas hasta cuatro días después, favorecen la recuperación. Los tratamientos anticoagulantes y la epilepsia contraindican el empleo de éste fármaco.

Luz solar

La exposición a la luz solar, sobre todo a las horas centrales del días, en áreas geográficas cercanas al Ecuador y en situaciones de “hambre de sol” favorecen la aparición de quemaduras en la piel, queratitis agudas y fototosensibilización (por interacción con diversos medicamentos, como tetraciclinas). Todo ello sin contar con los efectos a largo plazo debidos al daño del DNA celular.

La prevención se basa en evitar la exposición prolongada y en el empleo de atuendo adecuado, incluso cuando “no se toma el sol”: sombrero de ala ancha, gafas y ropa clara. Son de utilidad los fotoprotectores con factor de protección de al menos 20, aplicados en las zonas de piel no protegidas por ropa. Los fotoprotectores se deben aplicar antes de iniciarse la exposición a la luz solar, al menos 15 minutos antes; deben ser resistentes al agua y reponerse cuando son eliminados por el sudor o baño prolongado. Cuando se empleen concomitantemente con repelentes de artrópodos, debe aplicarse primero el fotoprotector y encima el repelente.

Altitud

La presión de oxígeno disminuye progresivamente con la altura dificultando la oxigenación de los tejidos. Cuando la ascensión se produce de forma rápida no da tiempo a la puesta en marcha de mecanismos compensadores (aumento en el número de hematíes) y puede aparecer el llamado “mal de altura”. Sus síntomas más comunes son cefalea, anorexia, nauseas, vómitos insomnio, fatiga e irritabilidad. A gran altitud y en estadios avanzados puede aparecer edema pulmonar y cerebral de desenlace fatal. La probabilidad de aparición del síndrome es mayor en viajeros con enfermedades de base de tipos cardiovascular, pulmonar o anemia de cualquier naturaleza.
Entre las medidas de prevención están: ascensión progresiva (en 2 ó 3 jornadas) a las regiones de mayor altitud, sobre todo por encima de los 3.000 metros; moderación en el ejercicio físico y adaptación gradual con periodos de estancia en altitudes intermedias, especialmente cuando se prevea realizar actividades de escalada o trekking. Como medicación paliativa puede emplearse acetazolamida (siempre bajo prescripción médica) en áreas de gran altitud.

Enfermedades infecciosas del viajero

Las probabilidades de contraer procesos infecciosos prevenibles mediante vacunación, con ocasión de viajes internacionales dependen de múltiples factores. Estos procesos infecciosos incluyen enfermedades comunes, que existen en el país de origen del viajero pero son mucho más comunes en el área geográfica de destino (pe. la hepatitis A); así como enfermedades específicas o exclusivas de los países a visitar (pe. la rabia o la encefalitis japonesa). La infraestructura sanitaria deficiente, factores ligados a la climatología local o los cambios en los ritmos alimentarios, de sueño y de actividad física, pueden favorecer la aparición de procesos infecciosos, muy especialmente de aquellos que se propagan a través de la vía fecal oral y por artrópodos vectores.

Las principales vías de propagación de las enfermedades que pueden afectar al viajero son: digestiva, por artrópodos vectores, por contacto de piel y mucosas, a través del aire y por mecanismos parenterales. 

Enfermedades transmisibles por vía digestiva. Diarrea del viajero

El riesgo de contraer estas enfermedades se relaciona fundamentalmente con el agua y los alimentos. La denominada “diarrea del viajero” afecta a una buena proporción de viajeros en algún momento del viaje. Las causas son múltiples, infecciosas habitualmente (la enfermedad infecciosa más común), el 70% de las veces por bacterias como E. coli (cepas enterotoxigénicas y enteropatógenas), Shigella, Salmonella y otras. En ocasiones, las toxinas de peces y moluscos o fármacos empleados como quimioprofilácticos (pe. la doxiciclina) son responsables del cuadro clínico. Aunque la mayor parte de las veces la enfermedad es de curso benigno y autolimitada, otras veces puede ser grave. En todo caso no contribuye, precisamente, al éxito del viaje.

A través de la vía digestiva por agua o alimentos y pueden contraerse enfermedades especificas como la hepatitis A, la fiebre tifoidea o la brucelosis. La dos primeras, además, por contacto de persona a persona por mecanismos de manos sucias. Se dispone de vacunas frente a ambas enfermedades.

Precauciones con el agua, otras bebidas y alimentos

Se recomienda beber exclusivamente agua (u otras bebidas) embotellada y precintada, el agua con gas es más difícil de falsificar. Si ello no es posible debe procederse a la desinfección del agua, mediante ebullición, métodos químicos como cloro (1 ó 2 gotas de hipoclorito sódico por litro) o yodo (5-10 gotas de tintura de yodo al 2%) o filtros de cerámica.

Debe evitarse la ingesta de agua en el baño o ducha y conviene emplear agua embotellada para la higiene bucal. Los cubitos de hielo no son seguros con ningún tipo de bebida si no puede garantizarse su procedencia.

Deben evitarse los alimentos crudos (verdura, fruta, moluscos) excepto fruta pelada por uno mismo, así como los alimentos cocidos o no, expuestos durante horas a temperatura ambiente.

Los alimentos vendidos en puestos callejeros y los helados no son seguros.

Los peces escombroideos (atún, barracuda, etc.) pueden contener toxinas (ciguatera y otras). Conviene obtener información local.

Tratamiento de la diarrea del viajero

La medida más urgente es reponer las pérdidas de agua y electrolitos, manteniendo dieta de sólidos durante 4 horas (niños) a 12 horas (adultos). En diarreas benignas la reposición de las perdidas se realiza con agua potable o té ligero. Puede ser necesario si la diarrea se prolonga, recurrir a soluciones de sales como las preconizadas por OMS, disponibles en numerosos países con el nombre de Sueroral. También puede utilizarse la llamada limonada alcalina, preparada con: 1 litro de agua potable, el zumo de 2 ó 3 limones, 2 ó 3 cucharadas de azúcar, ½ cucharilla de sal y ½ cucharilla de NaCO3H.

La introducción progresiva de alimentos sólidos se limitará a la conocida dieta astringente con alimentos como: arroz hervido, sopa de arroz, puré de patatas y zanahorias, sopa de pescado, huevo duro, pescado blanco cocido o a la plancha, carne de ave cocida o a la plancha (sin piel), manzana asada, o cruda en trozos con gotas de limón, membrillo, plátano maduro y pan blanco tostado. Como bebida infusiones claras de té o manzanilla y mantener Sueroral o limonada alcalina.

Los fármacos antidiarreicos para combatir los síntomas requieren un empleo discrecional. El más conocido de todos, la loperamida, no debe utilizarse en menores de 5 años y debe hacerse con precaución en niños más mayores, no debe emplearse si hay fiebre, ni cuando hay sangre o moco en deposiciones. La dosis para adultos es de 2 cápsulas (1 cápsula 2 mg) iniciales, seguida de 1 cápsula tras cada deposición diarreica sin pasar de 8 cápsulas /día.

Un fármaco de disponibilidad más reciente es el racecadotrilo, actúa disminuyendo la secreción intestinal sin afectar a la motilidad. Puede emplearse en niños de más de 3 meses de edad.

El viajero turista debe solicitar ayuda médica ante cuadros de diarrea de más de 3 días de evolución, cuando hay fiebre alta, dolor cólico marcado o heces con sangre o moco. El viajero con dificultades de acceso a los servicios médicos debe disponer de información acerca del posible autotratamiento con ciprofloxacino (500 mg/ 12 h / 3 días) o a azitromicina (1 g dosis única).

La vacuna oral inactivada del cólera está autorizada (Dukoral?) en algunos países (Canadá, Suiza) para la prevención de la diarrea del viajero. La razón es la gran similitud entre la toxina termolábil de Vibrio cholerae y la de Escherichia coli enterotoxigénico, uno de los principales microorganismos responsables de diarrea del viajero.

Enfermedades transmisibles por artrópodos (malaria)

La picadura de algunos artrópodos puede inducir reacciones alérgicas, tóxicas o ser la puerta de entrada de determinados microorganismos.

Con el fin de reducir el riesgo de sufrir picaduras de estos vectores se emplean diversas técnicas, siendo las más popularizadas las basadas en el empleo de repelentes. Los más usados son los que contienen DEET (N,N-dietil-metil-toluamina) al 30-35%, aunque también se pueden emplear los que contienen picaridina a concentraciones del 10-20%. Los repelentes debe ser recomendados para todo tipo de viajeros. En viajeros de mayor riesgo (estancias prolongadas, aventura, etcétera) puede ser necesario recurrir además, al empleo de telas mosquiteras y ropa impregnadas con solución de permetrina, capaces de resistir varios lavados, que pueden ser adquiridas en comercios especializados.

También se recomienda utilizar ropa de color claro, ya que a algunos insectos les atraen los colores oscuros, así como permanecer en estancias con aire acondicionado, si lo disponen, debido a la poca tolerancia al frío que tienen algunos tipos de mosquitos.

Las principales enfermedades infecciosas transmitidas por artrópodos se resumen en la tabla adjunta:

Principales enfermedades infecciosas transmitidas por artrópodos

  Vector

  Enfermedad

 Mosquitos
 Aedes
 Anopheles
 Culex

 – malaria (Plasmodium sp)
 – filariasis linfáticas (Wuchereria bancrofti, Brugia sp)
 – otras filarias (Dirofilaria sp)
– fiebres virales y fiebres virales hemorrágicas: fiebre amarilla,  dengue, chicungunya, del Nilo occidental, del valle del Rift, del valle del rio Ross
 – encefalitis virales: encefalitis japonesa, equina venezolana,   equina oriental y occidental

 Moscas
 Culicoides
 Phlebotomus
 Simulium
 Chrysops
 Tabanus
 Glossina
 Musca

 – filariasis hemáticas (Loa loa, Mansonella perstans, M.ozzardi)
 – filariasis cutáneas (Onchocerca volvulus, M.streptocerca)
 – leishmaniais (Leishmania sp)
 – enfermedad del sueño (Trypanosoma brucei)
 – bartonelosis (Bartonella bacilliformis)
 – tracoma (Chlamydia trachomatis)
 – vectores mecánicos de enteropatógenos

 Garrapatas y Acaros
 Argasidae
 Ixodidae
 Trombiculidae

 – babesiosis (Babesia sp)
 – fiebres manchadas (Ricketsia conorii, R.rickettsii)
 – tifus de los matorrales (Orientia tsutsugamushi)
 – ehrlichiosis (Ehrlichia sp)
 – fiebre recurrente endémica (Borrelia dutoni)
 – enfermedad de Lyme (Borrelia burgdorferi)
 – encefalitis por picadura de garrapata
 – fiebres virales y fiebres virales hemorrágicas (Congo-Crimea,  bosque de Kyasanur, Omsk)

 Pediculus

 

 – fiebre recurrente epidémica (Borrelia recurrentis)
 – tifus epidémico (Ricketssia prowazekii)
 – fiebre de las trincheras (Bartonella quintana)

 Pulgas
 Xenopsylla, Pulex

 – tifus endémico o murino (Rickettsia typhi)
 – peste (Yersinia pestis)
 – teniasis (Dipylidium caninum, Hymenolepis diminuta)
 – tungiasis (Tunga penetrans)

 Chinches
 Triatoma, Cimex

 – enfermedad de Chagas (Trypanosoma cruzi)

 Otros

 – teniasis (Hymenolepis diminuta)

Dos de las enfermedades más importantes transmitidas por artrópodos son la malaria y el dengue. El dengue es causado por un flavivirus, se conocen 4 serotipos, trasmitido por el mosquito Aedes aegypti que tiene actividad en medio rural y en medio urbano y pica sobretodo durante el día.

Aunque muchas infecciones curan de modo asintomático en otras aparece fiebre, fragilidad capilar, dolores musculares y artralgias, por lo que comúnmente se conoce como la fiebre quebrantahuesos. Es recomendable evitar el uso de AAS (aspirina) en caso de fiebre, por la posibilidad de sufrir hemorragias si la causa de la fiebre fuera la infección por virus del dengue. Así mismo las infecciones sucesivas por serotipos diferentes al que causó la primoinfección aumentan el riesgo de padecer complicaciones hemorrágicas.

La malaria, producida por varias especies de plamodium, es transmitida por mosquitos Anopheles, que pican fundamentalmente entre el anochecer y el amanecer, y causa cerca de 1-3 millones de muertes anualmente.

Además de las medidas estándar contra los mosquitos, existen una serie de fármacos para la profilaxis de esta enfermedad, si bien, es importante recalcar que ninguna profilaxis garantiza el 100% de protección ni está exenta de efectos secundarios o contraindicaciones. Los estudios disponibles señalan que atovacuona-proguanil y doxiciclina son los que tienen menor frecuencia de efectos secundarios, cloroquina-proguanil se asocia a mayores tasas de abandono, y que mefloquina tiene la mayor tasa de reacciones neuro-psiquiátricas.

Atovacuona-proguanil:

Es una combinación muy eficaz y segura en la profilaxis de la malaria, tanto en autóctonos como en viajeros. Es más eficaz en P.falciparum que para P.vivax y P.ovale, ya que no es activo contra los hipnozoítos ya establecidos de los dos últimos y tiene actividad causal para P.falciparum, lo que permite suspender la profilaxis a la semana del regreso.

Es ideal para viajeros de corta estancia o que han tenido efectos secundarios con la mefloquina. No se aconseja tomarla en viajes de más de un mes de duración (estos son lo requerimientos de la ficha técnica en España, si bien en varios países está autorizado un empleo más prolongado). Se debe evitar el embarazo durante su administración.

Se comienza 1 ó 2 días antes de la llegada a la zona endémica y se finaliza una semana después de la vuelta. No tiene efectos secundarios de relieve.

Cloroquina/ cloroquina-proguanil:

Es de elección donde P. falciparum no es resistente. La combinación de cloroquina con proguanil aumenta notablemente la eficacia, aunque sin llegar a ser la de la mefloquina, doxiciclina o atovacuona-proguanil.

Se administra una semana antes del viaje, durante éste y hasta 4 semanas después de abandonar la zona endémica.

Los efectos secundarios son bien tolerados, consisten en molestias gastrointestinales o visión borrosa transitoria. Está contraindica en viajeros con epilepsia, psoriasis y retinopatías. No está contraindicada durante el embarazo.

Doxiciclina:

Es de eficacia similar a la mefloquina y atovacuona-proguanil en la prevención de P.falciparum resistente a cloroquina. Es de elección en estancias cortas o medias en zonas de malaria multiresistente, como son las zonas fronterizas de Tailandia y el oeste de Camboya. Su administración suele limitarse a 4 o 6 meses, empezando un día antes de la partida y terminando 4 semanas después del regreso. Además tiene la ventaja de actuar frente a otras enfermedades del viajero como la rickettsiosis, el cólera o la leptospirosis. Está contraindicada en niños, en embarazadas y en períodos de lactancia.

Mefloquina:

Es un tipo de profilaxis ampliamente utilizada en todo el mundo desde su aparición. Es muy eficaz frente a P.falciparum, aunque a principios de los 90 aparecieron las primeras resistencias a este fármaco. Se aconseja iniciar la profilaxis 2 o 3 semanas antes de la salida para poder considerar otras alternativas en caso de intolerancia, y mantenerla 4 semanas después del regreso. La aparición de efectos secundarios es muy variable, aunque los trastornos neuropsiquiátricos aparecen dos veces más frecuentemente que con otros fármacos quimioprofilácticos.

No se aconseja en niños de menos de 3 meses o menos de 5 Kg, así como en el primer trimestre del embarazo. No debe recomendarse en personas con antecedentes de empleo de antidepresivos ni en viajeros con actividades que requieran alta y rápida capacidad de juicio (pilotos, buceadores, etcétera).

Enfermedades por contacto con suelo y agua

Por contacto con aguas dulces y terrenos encharcados se transmiten enfermedades como la esquistosomiasis o la leptospirosis.

La esquistosomiasis (o bilharziosis) es causada por una infección por trematodos (cercarias de esquistosomas). Su huésped intermediario es un pequeño caracol del género "bulinus". Las cercarias eliminadas por el caracol atraviesan la piel húmeda humana y de otras especies animales. Los sujetos adultos hembras depositan huevos en plexos perivesicales (S. haematobium) o perirectales (otras especies), desde donde a través de las heces se contaminan las aguas dulces poco profundas, origen de la infección para el caracol.

Las áreas geográficas más afectadas incluyen: zonas de África central (Egipto), amplias zonas de África central, del sur y del este; zonas de oriente próximo y de extremo oriente y este de Brasil.

Enfermedades por contacto con animales

La rabia es la más importante de todas ellas. La rabia es una encefalitis viral aguda que se transmite entre animales a través de la saliva y que puede afectar al hombre. La enfermedad es invariablemente mortal una vez que se han iniciado los síntomas clínicos. La rabia está causada por un virus de tipo RNA de la familia de los Rhabdoviridae y género Lyssavirus.

La transmisión del animal al hombre se realiza por contacto directo, mediante mordeduras y arañazos o lameduras sobre piel o mucosas no intactas. La principal fuente de infección humana son perros y gatos domésticos o asilvestrados. En ocasiones, por inhalación de aerosoles en cuevas habitadas por murciélagos hematófagos o en la manipulación de muestras en el laboratorio, y, de modo excepcional en trasplantes de córnea. La enfermedad animal existe en prácticamente todas las latitudes, excepto algunas áreas, fundamentalmente, insulares. Las regiones más afectadas son el sureste asiático y zonas de África central y de América latina.

La prevención de la rabia en el viajero incluye: no acercarse ni molestar a los animales salvajes, no acercarse ni molestar a los animales domésticos, la limpieza y desinfección de heridas y lameduras, la consulta con sanitarios locales ante posible exposición y la vacunación en condiciones de preexposición o de postexposición.

Enfermedades de transmisión sexual

Algunos estudios han demostrado que una elevada proporción de viajeros internacionales mantiene relaciones sexuales con parejas distintas de las habituales, en condiciones no previstas antes del inicio del viaje.

Entre las infecciones víricas de transmisión sexual se encuentran el VIH, el virus de la hepatitis B (VHB), el virus del papiloma humano (HPV) y el virus herpes simple tipo 2 (VHS-2). Son infecciones bacterianas la sífilis, la gonococia, el granuloma inguinal, el linfogranuloma venéreo y el chancro blando. Otras infecciones son producidas por hongos (candidiasis) o parásitos (trichomoniasis, sarna, pediculosis, etc.).

La prevención de las enfermedades de transmisión sexual radica en el empleo de las practicas de sexo seguro. Los preservativos disponibles en algunos países pueden carecer de las garantías necesarias. Se dispone de vacunas eficaces y seguras contra la hepatitis B y combinadas contra la hepatitis A + B.

Enfermedades transmisibles por vía aérea 

Diversas enfermedades de variada naturaleza en cuanto a su etiología y frecuencia y gravedad se propagan a través de la vía aérea. Algunas de ellas son causadas por microorganismos muy resistentes a la acción de los agentes externos (pe. bacilo de la tuberculosis), otras por microorganismos lábiles, que requieren un paso rápido desde el sujeto fuente de infección al huésped susceptible (pe. meningococo).

La gripe y el sarampión son enfermedades víricas a considerar en el potencial viajero. Se dispone de vacunas eficaces frente a ambas enfermedades. Es preciso recordar que el riesgo de infección gripal persiste durante todo el año en los trópicos y que la estación gripal en el hemisferio sur se extiende de mayo a septiembre. Respecto al sarampión, una elevada proporción de los casos que se diagnostican en España son importados de áreas geográficas donde la menor presión vacunal permite una mayor circulación del microorganismo causal.
La difteria, enfermedad eliminada en los países industrializados, persiste en algunas áreas tropicales y subtropicales, aunque generalmente como formas cutáneas. La gran epidemia en el este europeo de mediados de los 90’ del pasado siglo dio lugar a varios casos en Turquía, Finlandia, Reino Unido y Alemania. La protección contra la enfermedad se basa en la vacunación periódica con vacunas combinadas (con toxoide tetánico).

La infección meningocócica por diferentes serogrupos de meningococo varía entre las diversas áreas geográficas. Entre las regiones de mayor riesgo se halla el denominado cinturón africano de la meningitis que se extiende desde Senegal hasta Etiopía, donde la enfermedad por serogrupo A es endémica y epidémica, siendo el riesgo mayor durante la estación seca de noviembre a junio. Otras zonas afectadas por este serogrupo son Arabia Saudí y Nepal. Algunos serogrupos como el W135 están mostrando creciente actividad y algunos países de África y de Oriente próximo.

Casi una cuarta parte de los casos de legionellosis en algunos países se han relacionado con viajes, generalmente en forma de brotes. El aire acondicionado, los cruceros, saunas, jacuzzis y otras circunstancias que favorecen la formación de aerosoles han sido las causas de estos brotes.

Aunque de modo excepcional, hongos como Histoplasma capsulatum (histoplasmosis) y Coccidioides immitis (coccidiomicosis) pueden ser causa de enfermedad en el viajero por inhalación de esporas liberadas por las hifas del hongo. No existe transmisión de persona a persona y el riesgo afecta a personas en excavaciones, arqueólogos, espeleólogos, etc. Aunque generalmente la infección es asintomática puede causar afectación pulmonar y enfermedad diseminada en inmunodeprimidos. 

Enfermedades transmisibles por vía parenteral

Merece la pena destacar la hepatitis B, la hepatitis C y el SIDA. La difusión de estas infecciones es alta en la mayor parte de países de baja renta. El riesgo se asocia a inyecciones con material no desechable, práctica de tatuajes, anillos corporales (piercings), etcétera. La hospitalización, cirugía, exploraciones dentales, transfusiones de sangre o hemoderivados pueden conllevar riesgo alto en áreas como el sureste asiático donde la disponibilidad de material médico desechable y las deficientes medidas de asepsia y antisepsia incrementan el riesgo de infección.

Junto a la vacunación (hepatitis B), se recomienda, especialmente para los viajes de larga duración, llevar material desechable de uso exclusivo para el viajero (jeringuillas, etc) y evitar la realización de tatuajes, piercings, y otras prácticas de riesgo. 

Botiquín básico e individualizado 

Un botiquín básico puede incluir material para curas elementales (tiritas, gasas, vendas, esparadrapo, tijeras, antiséptico), termómetro, repelentes de insectos, crema de protección solar, preservativos, desinfectantes para el agua (pastillas cloro…) y jeringas y agujas.

En función de las características del viaje (duración, itinerarios…) y características del viajero es recomendable disponer de: medicación propia de uso habitual según patología de base, material de curas más completo, medicación para la cinetosis, analgésicos-antitérmicos (paracetamol, ibuprofeno…), antihistamínicos/ antialérgicos (pomada de corticoides…), antiácidos, antidiarreicos (loperamida, racecadotrilo), sobres de rehidratación oral, laxantes, antibióticos (quinolonas, amoxicilina-clavulánico), antipalúdicos, etcétera 

Problemas después del viaje

Ante cualquier problema de salud aparecido días o semanas después del viaje debe considerarse la posible relación con el mismo. El viajero debe advertir a su médico del antecedente del viaje. Los problemas más frecuentes son la diarrea, la fiebre y las lesiones cutáneas.

Ciertos cuadros febriles pe. los ocasionados por virus respiratorios, son comunes en diferentes áreas geográficas, otros son específicos (pe. la malaria). El retraso en el diagnóstico, cuando no se piensa en la posibilidad de la enfermedad puede llevar aun desenlace fatal. Por ello se ha dicho que “todo cuadro febril a la vuelta del trópico es malaria mientras no se demuestre lo contrario”.

El médico de atención primaria debe indagar la posibilidad de viajes recientes en pacientes con diarrea, fiebre, lesiones cutáneas o cualquier otra sintomatología con la que no se halle familiarizado. Así mismo, conviene disponer de información de la ubicación y formas de contacto con las unidades de Medicina Tropical y de Medicina del Viajero que permita realizar las oportunas consultas.

Bibliografía general

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